Alcohol y volante, incompatibles
MÉXICO Suena el teléfono..., al otro lado de la línea una señora sólo alcanza a pronunciar: "Es pérdida total el coche...", y el llanto la traiciona. Coraje y pensamientos negativos vienen a mi mente por la impotencia de esa señora ante esa situación. Esas lágrimas no son por un apego malsano a un bien material, sino porque es su primer vehículo, que con mucho esfuerzo consiguió; en él aprendió a manejar, le agilizaba las diligencias por la enfermedad de su mamá y otros dos familiares, el colegio, el súper, labores en las que el "vochito" era fiel compañero.
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