MEXICO

Para Adrián, de 20 años, y Rafael de 23, volcarse con su auto en una barranca o golpear con la cabeza el parabrisas, no es ficción, en la realidad "ocurre cuando menos lo esperas".

Ambos pertenecen al grupo con mayor riesgo de sufrir accidentes automovilísticos: los jóvenes, afirma Juan Carlos Flores, subdirector de educación vial de la Secretaría de Transporte y Vialidad (Setravi), quien dijo que las principales causas se relacionan con el consumo de alcohol y manejar a exceso de velocidad.

Adrián narra que tuvo su primer accidente cuando tenía 16 años. "Era mi primer auto". Conducía sobre Parque Lira y al cruzar el semáforo una camioneta lo golpeó "al pasarse su alto".

Adrián, sin cinturón de seguridad, giró al menos cuatro veces, hasta que lo detuvo otro coche.

Según Roberto Chávez Manjarrez, jefe de atención hospitalaria de la Cruz Roja, un factor importante es la falta de experiencia para manejar. "Hay un índice bastante alto en lesiones en este tipo de accidentes en jóvenes de 18 a 25 años por falta de madurez; el joven es más atrabancado y comete imprudencias".

Las lesiones más comunes, añadió, son los traumatismos craneoencefálicos, de tórax y de abdomen, y fracturas.

El problema no termina con las lesiones: "puede haber secuelas de por vida cuando no se trata sólo de una cirugía, sino la aplicación de clavos, placas y tornillos para ayudar a sanar la lesión", dice.

En el caso de Adrián, no pasó de un esguince en el brazo; sin embargo, la pérdida fue económica, al pagar 7 mil pesos de mordida a policías de tránsito para evitar el Ministerio Público.

Rafael, otra víctima de la imprudencia, la distracción y el alcohol, también cayó en la corrupción para evadir los separos del MP, cuando arrolló a una mujer.

"Venía de una fiesta, algo alegre, no tomado, pero sí contento. El auto estaba atiborrado, pues éramos más de los que cabíamos", explica.

"No vi a la mujer. Todos nos asustamos. Creí que la había matado, pero al salir del coche vi que estaba consciente, aunque algo lastimada", agrega.

A la señora, aunque no tuvo lesiones graves, le pagó casi 30 mil pesos para gastos médicos y daños emocionales. "Fue un fraude", recuerda Rafael.

Carlos Flores expresó que hay un rezago en cultura y educación vial de los capitalinos y admitió que no hay un programa o campaña especial para este grupo.

"Hace falta mayor difusión y compromiso desde la familia, pues si los jóvenes, desde niños, ven que sus papás no respetan las señales de tránsito ni a los peatones, no usan el cinturón de seguridad o hablan por celular mientras manejan, repetirán los mismos vicios", señaló.

Ambos jóvenes han estado al filo de la muerte por la imprudencia frente al volante y por alcohol en su sangre: "una mala combinación", coinciden.

18/11/2007

FUENTE:       El Universal/Distrito Federal/Noticias