Es terrible pero cierto. Aún hoy día, tras las numerosas campañas de sensibilización y el endurecimiento de las Normas de Circulación, hay muchas personas que conducen su coche tras haber ingerido alcohol por encima de los niveles legalmente permitidos (realmente cualquier cantidad podría resultar peligrosa).

Se calcula que en torno al 40% de las víctimas mortales de accidentes en carretera se derivan de la ingesta, por alguno de los conductores implicados en el siniestro, de esta sustancia. Especialmente durante el fin de semana se producen este tipo de eventos, que pueden truncar seriamente su vida.

¿Cuáles son los efectos del alcohol sobre la conducción?

Son muy diversas las formas en las que la ingesta de alcohol puede afectar al conductor de un vehículo. Con un consumo moderado, éste podría pasar por estados de euforia, agresividad o exceso de confianza en sí mismo; resultándole más complicado mantener la concentración en la circulación.

Cuanto mayor es la ingesta, mayor es el grado de afección sobre las funciones psicomotrices y las percepciones sensoriales del conductor, especialmente en la visión. Aumenta cada vez más el tiempo de reacción, lo cual puede terminar por resultar fatal ante una situación de emergencia.

Por otra parte, es muy frecuente que la persona bajo la influencia del alcohol pudiera sentir somnolencia, especialmente si lo hubiera mezclado con algún tipo de medicamento o de sustancia; haciendo muy posible que pudiera dormirse al volante, causando una terrible colisión.

¿Cuáles serían las consecuencias de la embriaguez en caso de accidente?

En una colisión con otro vehículo cuyo conductor circulaba bajo los efectos del alcohol, la responsabilidad por el accidente se atribuye de manera casi automática a dicho conductor, correspondiéndole pues la obligación de indemnizar al resto de posibles afectados por el accidente.

Pero ahí no quedarían las cosas. Además de tener que hacer frente a esa compensación económica, el conductor alcoholizado podría tener que hacer frente a cargos penales por un posible Delito de Conducción Temeraria y, en su caso, por las lesiones o fallecimientos que pudieran haberse producido en el mismo.

Además, podría tener que hacer frente a multas y otras sanciones (por ejemplo, la retirada del permiso de conducir, o en su caso de los correspondientes puntos del mismo).

Últimas recomendaciones

La mejor forma de evitar todas estas posibles consecuencias sería evitar el alcohol de manera total cuando se hubieran planificado un desplazamiento en coche. O, a sensu contrario, si se fuera a beber, confiar en otros medios de transporte distintos, o asignar la conducción a otro ocupante. Ello permitirá evitar males mayores, y muchas vidas podrán ser salvadas.

No olvides que el alcohol tarda una hora en alcanzar su máximo grado de metabolización, con lo que aunque creyeras que podrías conducir sin problemas con toda seguridad ello no será así.