CHILE

Las incesantes campañas para que las personas no conduzcan cuando hayan consumido alcohol, deben tener algún efecto. Difícil es saber cuántos más casos graves de accidentes de tránsito lamentaríamos si no se hiciesen todos los esfuerzos en ese sentido. Sin embargo, pese a todo, las situaciones que debemos reportear nos indican que un porcentaje todavía importante de conductores, es insensible a estos llamados. Simplemente no atienden la voz de la cordura y la razón, y perseveran en conductas que terminan lamentando frecuentemente personas inocentes.

Tener que desplazarse en vehículo a tempranas horas de la madrugada por las calles de nuestra ciudad, se asemeja a una ruleta rusa: hay que rogar que en cualquier esquina, no aparezca un vehículo con un ebrio al volante y te veas envuelto en un accidente, pese a haber sido prudente y respetuoso de las normas del tránsito.

En suma, nuestra sociedad no sólo es excesivamente permisiva con la ingesta de alcohol, que es promovida a través de campañas publicitarias que ofrecen bebidas espirituosas como si se tratara de inofensivas prendas de vestir, sino que también lo es con quienes conducen habiendo consumido alcohol, porque finalmente las sanciones - cuando estas llegan, y eso rara vez sucede - son irrisorias.

A esta situación que debe ser enfrentada con decisión damos hoy nuestra Oveja Negra de Polar.