¿Están los adolescentes capacitados para conducir? Se sabe que son una pequeña cuya inexperiencia que provoca una gran cantidad de accidentes, debido a que la falta de madurez genera una falsa estimación del riesgo.

De acuerdo con la asociación civil Luchemos por la Vida, el 19% de los muertos en accidentes de tránsito en nuestro país tienen entre 16 y 24 años.

"Los chicos no le dan importancia a las reglas de tránsito, por eso es que hay tantos accidentes, más de gente joven que de personas mayores", reflexiona Franco (20).

Licencias graduales

Sería bueno adoptar un programa de licencias graduales tomando como ejemplo la experiencia de otros países donde los adolescentes no pueden manejar de noche, por autopistas o sin estar acompañados por adultos.

Josefina (21) cuenta: "Yo saqué mi carnet a los 17 años. A esa edad sólo te lo dan por 1 año. Luego cuando cumplí 18 debí renovarlo. Cuando lo obtuve pude irme hasta el colegio sola, ya no hacía falta que mi papá me llevara. Y además el ¡fin de semana al boliche! Eso estaba bueno".

Por su parte Franco asegura que si bien hace ya un largo tiempo maneja tanto auto como moto, fue recién ahora que tomó conciencia y se decidió por sacar el carnet. "Lo saqué para no tener más inconvenientes con la gente de tránsito. Y de una vez poder andar en paz con las leyes, como debe ser, ya que en varias oportunidades me hicieron multas por no tener carnet".

Los exámenes deberían detectar el nivel de madurez del que aspira a conducir. En España, por ejemplo, existen tests psicológicos que evalúan distintas conductas y habilidades.

"De pequeña viví en el campo y fue mi papá quien me enseñó a manejar y las reglas básicas, como que el que viene por la derecha tiene prioridad, frenar en las esquinas o no ir a tanta velocidad", dice Josefina.

Y Franco agrega: "En moto aprendí a andar solo. En auto por ahí mi papá, pero en realidad yo saqué el auto solo".

Los papás y el volante

Sería bueno que los padres pudieran acompañar a sus hijos en las primeras horas de conducción y revocarles el permiso para obtener la licencia si no los consideraran aptos.

Fabián, papá de Juan Diego (17), quien hace poco sacó el carnet, asegura: "Me parecía importante que sacara el carnet. Yo le enseñé a mi hijo a manejar de manera progresiva y no sólo las cuestiones básicas sino que también lo fuimos concientizando. Siempre le digo, 'lo sencillo es manejar lo complicado es conducir', ya que implica más compromiso y responsabilidad. Darle un auto a un hijo es transferirle una responsabilidad muy grande, y hay que prepararlo para eso".

La mejor enseñanza para los chicos es con el ejemplo. "Yo siempre uso cinturón de seguridad", dice Fabián y agrega: "Tengo mucha precaución sobre todo cuando voy con él en el auto. Mi mayor preocupación cuando sale es el comportamiento en masa con los demás adolescentes y sobre todo por lo abusos en el consumo de alcohol".

El Volante

El alcohol es el peor enemigo al momento de estar arriba de un auto.

"Cuando tenía 17 años y salía al boliche con mis amigas no me cuidaba con el alcohol. Iba a bailar y tomaba y no pensaba que luego tenía que conducir. No tenía conciencia. Hoy, que ya soy más grande, cuando salgo me cuido más, pero un vaso o dos de cerveza me tomo", confiesa Josefina.

"En mi caso yo no ando en el auto cuando salgo a bailar porque soy consciente de que si tengo un accidente va a ser más problema para mi viejo que para mí", dice Franco. "Además, cuando salgo con mis amigos todos tomamos. Y ninguno de nosotros le da importancia a las normas de tránsito con respecto al alcohol".

"Podrían reforzar los controles, sobre todo a la salida del boliche", agrega Josefina. "Es que cuando tienes 17 años todavía son muy chico para ser responsable por tu auto".

"Hay un elemento que nos juega muy en contra a nosotros los papás que es el alcohol. Uno está tranquilo de que lo ha educado lo mejor que pudo a su hijo, pero el comportamiento de los chicos cuando salen en grupo se complica. El tema del alcohol es preocupante", reflexiona Fabián.

Tu ruta, mi ruta

"Conducir es una cuestión social, como explicaron acá en el curso que te dan para sacar el carnet", cuenta Franco. "Tenemos que ser conscientes de que cuando vamos en auto o en moto, hay una sociedad por delante de nosotros", reflexiona.

"Sobre todo en la ruta, donde ocurren la mayor cantidad de accidentes de los jóvenes. Es muy distinto manejar en ruta que en la calle, hay que tener mayores precauciones y no todos las conocemos. La velocidad a la que se va es mayor, por eso el cuidado debe ser mayor", dice Josefina.

Muchas veces las malas experiencias y el miedo a una fatalidad nos enseñan a reflexionar. "Las campañas de televisión no son suficientes, lamentablemente no te pones a pensar hasta que le pasa algo a alguien que conoces o un familiar sufre un accidente", dice Josefina.

"Un amigo sufrió un accidente de tránsito, iba en moto y se fisuró el cráneo con el parante del auto. Iba sin casco", se lamenta Franco. "Ahí me asusté mucho y desde entonces estuve un tiempo sin tocar la moto y aprendí que cada vez que salía debía usar el casco".

Los chicos confiesan no dar mucha importancia a las campañas de prevención pero consideran que falta educación vial y señalan a la escuela como el lugar primario de prevención.

"Más allá del curso introductorio y del examen teórico se podrían dar más charlas y trabajo tipo talleres y en grupo, para poder conocer más y lograr mayor conciencia", grafica Josefina.

"Hace falta otro tipo de educación vial, tal vez más profunda", reclama Franco.

"Y somos los jóvenes los que deberíamos ser los principales promotores en la precaución del tránsito, sobre todo cuando salimos al boliche. Ser conscientes de que si uno está manejando debe ser responsable", concluye Josefina.