MEXICO

En su propósito de disminuir el alto índice de muerte y discapacidad por accidentes automovilísticos relacionados con el consumo del alcohol, el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia del Estado de México (DIFEM), a través de la Dirección de Atención a la Discapacidad, coordina acciones con el Centro Nacional para la Prevención de Accidentes (Cenapra), a fin de evitar el alto costo familiar y económico que implica este tipo de situaciones.

Este objetivo forma parte fundamental de los programas asistenciales que en la entidad mexiquense, impulsa la directora general del DIFEM, ya que la prevención constituye la mejor herramienta para evitar la pérdida de vidas humanas y el desgaste emocional que implica una discapacidad en el seno familiar.

Los especialistas de ambas instituciones reconocen que, aún en pequeñas dosis, el consumo del alcohol influye de forma negativa en la conducción, ya que altera las aptitudes de la persona que maneja, pues se afecta al sistema nervioso central y con ello el cerebro, y la visión no son capaces de responder de forma adecuada ante los estímulos externos.

Revelan que el alcohol no afecta a todas las personas por igual, por lo cual es recomendable considerar que cuanto más se ingiera, mayor será la cantidad en la sangre (tasa de alcoholemia); y que en personas delgadas los efectos son mayores que en una persona obesa.

Asimismo, exponen que en una mujer es más rápido que alcance niveles elevados de alcohol en la sangre, que sean superiores comparativamente con el hombre aún al haber consumido la misma cantidad de bebidas embriagantes; en tanto que el nivel de alcoholemia puede detectarse a los cinco minutos de iniciado el consumo y alcanza su máximo en una hora.

Además, subrayaron que el alcohol de las bebidas destiladas (como whisky o tequila) se absorbe más rápido que las bebidas fermentadas como la cerveza o el vino; los alimentos en el estómago retrasan el proceso de absorción, por lo cual la cantidad de éste en la sangre es más elevada cuando se bebe en ayunas; y la fatiga, el estrés, el embarazo o algunas enfermedades pueden potenciar los efectos negativos de su consumo.