Tras un periodo de expansión, en la actualidad hay diez autoescuelas Ribas repartidas por la isla y es la única autorizada para realizar los cursos que permiten recuperar puntos a los conductores que han cometido alguna infracción de tráfico. Margarita Ribas es de la opinión que los canjes de permisos de conducción a residentes extranjeros sin tener que realizar ninguna prueba previa de su aptitud suponen un agravio comparativo para los nacionales, ya que, asegura, "en Argentina se sacan el carnet de conducir por internet".

-¿Le parece justo el elevado número de carnets de conducción canjeados por residentes extranjeros en las islas?

-No, más bien es un agravio comparativo para los nacionales, que tiene que sortear una prueba teórica y otra práctica antes de obtenerlo. En Argentina se sacan el permiso de conducción por internet. Pagan una pequeña cuota y ya está. Lo obtienen sin prácticas ni prueba teórica. Y lo mismo pasa con los naturales de otros países latinoamericanos como Colombia, Venezuela o Perú. Eso sí, sólo pueden canjear su carnet siempre y cuando se lo hayan sacado con anterioridad a la obtención de su permiso de residencia, nunca si éste es posterior.

-¿Estos canjes sin prueba previa hacen peligrar la seguridad vial?

-Probablemente sí. Realmente, muchas de las personas que canjean sus permisos no saben conducir ni circular. Por eso me indigna que las autoridades hablen tanto de seguridad vial y permitan canjear estos permisos sin someterles antes a un examen.

-Antes hablaba de agravio comparativo. ¿Qué cuesta sacarse hoy en día el carnet?

-Varía mucho. Depende de las clases que des, de las veces que te suspendan, de si tienes que renovar la matrícula por esta causa. Por regla general, los chicos son más hábiles al volante. Necesitan menos clases y, por lo tanto, gastan menos en obtenerlo. Un chico puede necesitar de media unas quince clases, mientras que una mujer puede irse hasta las veinte o treinta. El resultado es que mientras él se saca el carnet por unos quinientos o seiscientos euros, a la chica le cuesta mil.

-¿Qué le parece la nueva ley de seguridad vial que ya no retira puntos en algunos supuestos?
-En general me parece bien. Han eliminado la pérdida de puntos por estacionar en un carril bus. Y es que en realidad la mayoría de puntos se pierden por dos cuestiones: exceso de velocidad y superar la tasa de alcoholemia.

-Ustedes son la única autoescuela autorizada a realizar los cursos para recuperar puntos. ¿Cómo están funcionando?

-Ahora la cosa va mejor, pero al principio fue un desastre por el retraso que acumulaba la Jefatura Provincial de Tráfico en notificar la obligatoriedad de hacer estos reciclajes. Podía pasar más de un año entre la infracción y la notificación. El 97 por ciento de los alumnos que acuden a estos cursos de sensibilización vial lo hacen por vía judicial y en la mayoría de los casos por conducir bajo los efectos del alcohol. El juez no les retira puntos pero sí el carnet de conducir y les obliga a realizar estos cursos.

-¿Han tenido algún alumno que haya perdido los doce puntos?

-Para perder los doce puntos hay que ser un verdadero fenómeno. En estos casos se ha de completar un curso de veinticuatro horas de duración que cuestan 351 euros. Tras realizarlo y una vez cumplida la sanción, el infractor ha de superar una prueba teórica en Tráfico que consiste en un examen tipo test de treinta preguntas que permite un máximo de tres fallos para superarlo. Tras todos estos trámites administrativos, recupera su carnet de conducir, pero eso sí, con tan sólo ocho puntos en su haber.

-¿Cómo está afectando la crisis a su actividad?

-Estamos notando que se hacen menos carnets, no todo el mundo tiene ese dinero para invertirlo en sacarse el permiso. No podría precisar un porcentaje porque acabamos de abrir nuevas autoescuelas y no tengo hecha la contabilidad. Nuestros precios son elevados, pero damos un buen servicio personalizado. No aconsejamos a nadie que se presente al examen si realmente no está preparado.