Hablar de una experiencia personal, quizás sea volver a repasar la vida de cada uno de nosotros, porque no importa el tiempo que cada uno lleva en una determinada asociación, lo que nos debe interesar es la trayectoria seguida desde que tomó la decisión de dejar de beber, y si ha respondido a una serie de cuestiones que se deben plantear para dar sentido al paso dado, como por ejemplo: ¿Por qué y para qué dejé de beber? ¿Qué he cambiado? ¿Cuál es mi comportamiento ahora? , y sobre todo ¿me siento útil?, ¿soy agradecido?

Estas preguntas, que no son fáciles de responder porque sus respuestas nos pueden comprometer y eso nos cuesta, son las que debemos hacernos con cierta frecuencia para ir cada día analizando nuestra vida y sobre todo aprendamos a responder a la última de las preguntas. Ser agradecido es importante aunque en ocasiones nos parezca que nos humillamos al dar las gracias por algo, porque creemos que por haber dejado de beber ya no lo merecemos todo y eso es una falsedad y una etiqueta que nos colgamos para sentirnos superiores a los demás porque hemos sido capaces de dejar de beber y otros no lo son, pero bueno y que ¿tu lo has hecho solo?, ¿no has tenido ayuda de nadie?, seguro que has tenido el apoyo de los compañeros de la asociación a los que quizás le des las gracias, pero también has tenido el apoyo de tu familiar, padre/madre, esposo/esposa, hijos..., a los que tal vez no se te haya pasado por la mente ni darles un beso de agradecimiento, y tal vez sin ellos no hubieses sido capaz, no sólo de dejar de beber , sino ni de encontrar las puertas de la asociación.

El familiar del enfermo es la persona que en vez de tirarnos los trastos a la calle no ha abierto las puertas de una nueva vida y nosotros con frecuencia pasamos de ello, nos creemos que todo el mérito es nuestro y que somos mejores que nadie, me callo por no decir algún disparate.

Desde estas líneas aprovecho la ocasión para rendirle un pequeño homenaje de agradecimiento a esas personas que tanto a unos como a otros nos han estado esperando horas y horas, días y días, con el ay en la boca, esas personas que llevaban la razón y que nosotros nunca se la dábamos, esas personas que han podido sufrir alguno que otro maltrato por culpa de ese alcohol que se adueñaba de nosotros y al que nosotros dábamos la razón y porque nos hacía más valientes que a nadie. Ellas no sabían ni lo que hablaban y nosotros tan panchos, creyéndonos hasta nuestras propias mentiras, que eran las mejores verdades.

Nunca es tarde para, hoy puede ser el comienzo de nuestro agradecimiento, si no lo hemos hecho antes, podemos si queréis empezar con eso, eso será un buen comienzo para dar un nuevo paso en nuestra rehabilitación.

Todo no consiste en tapar la botella, SINO EN DARLE SENTIDO A NUESTRA VIDA.

Las puertas de nuestra Asociación están abiertas para todos, enfermos, familiares y toda aquella persona que desee obtener alguna información para poder ayudar a toda persona que tenga algún problema con las adicciones.

Visítanos, no temas por el qué dirán, piensa en lo que podrán decir en tu entorno familiar, eso es lo importante.