MEXICO

Los estragos que dejan en sus vidas el ser adictos al alcohol quieren que sirvan de experiencia a otras personas

"Tocar fondo", son dos palabras tan simples para cualquier persona, pero de gran significado para los enfermos de alcoholismo, quienes debido a esta adicción considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) una enfermedad, han estado a punto de perder todo hasta su vida.

"Enrique S" a los 53 años, los últimos 10 de ellos, sin beber una sola gota de alcohol, aún con pena por el daño que dice causó a los seres que más quiere en la vida, su esposa e hijos, recuerda los estragos que le ocasionó la bebida.

"Fue a los 22 años cuando un doctor me dijo que yo era un alcohólico, me enojé mucho con él y me salí del consultorio, me sentía ofendido y seguí bebiendo, así transcurrieron los siguientes 21 años, yo vivía para tomar, esa fue mi vida hasta que toqué fondo", manifestó.

No aportar el gasto para la manutención de sus tres hijos, hoy los tres profesionistas, la pérdida de cuatro trabajos en menos de un año, la pérdida de confianza de sus seres queridos, amistades y compañeros de trabajo, fue el precio que durante los 21 años de alcoholismo tuvo que pagar.

"Cuando uno se vuelve alcohólico arrastra a toda la familia, la vuelves neurótica, este fue mi caso, hoy mis tres hijos son profesionistas, gran logro de mi esposa, quien nunca a pesar de la mala vida que le di, me dejó solo con mi enfermedad", comentó.

"Ella trabajaba como obrera en una maquiladora, gracias a ese poquito sueldo que ella percibía es que pudo pagar la educación de nuestros hijos, mientras yo sólo me gastaba el dinero en alcohol, pero todo tiene un precio, ella fue muy fuerte y muy valiente, aguantó mucho y hoy sufre las consecuencias de todas las penas que sufrió por mi alcoholismo", manifestó con tristeza Enrique.

Estas consecuencias que hoy sufre la mujer de Enrique, es una fuerte depresión, padecimiento que le es tratado por un especialista y ahora le corresponde a él hacer fuerte a la mujer que durante sus dos décadas dedicadas al vicio sacó adelante a su familia.

"No tengo con qué pagarle este esfuerzo, responsabilidad que a mi me correspondía, no la dejaremos sola, queremos que pronto se restablezca que siga siendo esa mujer fuerte a la que le debemos todo", expresó.

¿Futuro prometedor?

Un vivo ejemplo de que el alcoholismo no respeta edades, clases social ni económica, lo es "Francisco M" un joven de 25 años, originario del estado de Jalisco, quien manifestó que fue en su infancia cuando ingresó al mundo del alcoholismo.

"Yo empecé a beber a los 12 años, era todavía un niño, pero me sentía muy solo, mi papá murió cuando tenía 10 años, mi mamá tuvo que irse a Estados Unidos a trabajar y me quedé con dos hermanos más grandes que yo, de repente ya no tuve familia, se había desintegrado y me sentía muy solo", expresó.

Esta soledad que a sus 12 años, sufrió por la pérdida de sus padres y la compañía de sus hermanos, lo orilló a buscar en la calle lo que en su "hogar" ya no existía.

"Como estaba solo en mi casa, me empecé a salir y a juntarme con las malas compañías que había en mi barrio, ahí había de todo, alcohol, droga y para que me aceptaran en su grupo, yo también lo tenía que hacer y lo hice, empecé a beber y a drogarme, me aceptaron y ya no me sentía solo", manifestó.

Sin un hogar y sin un trabajo por su corta edad, fueron las razones por las que en plena adolescencia, Francisco empezó a delinquir para obtener dinero y comprar la droga y el alcohol que diariamente consumía.

"Ya en ese entonces no vivía en mi casa, me dormía donde me agarraba la noche, en la calle, las banquetas, y al día siguiente cuando despertaba, lo primero que se me venía a la mente, saber cómo le iba a hacer para conseguir la droga y el alcohol, ya el cuerpo me lo pedía", señaló.

Así continuó Francisco hasta que el año pasado tocó fondo, supo de la atención que ofrece Alcohólicos Anónimos y decidió someterse a la recuperación, aunque solamente por algunos meses.

"Duró muy poco el tiempo que estuve sin tomar, el año pasado me sometí a la rehabilitación, pero en septiembre nuevamente la tentación me venció, empecé otra vez con la bebida y por eso me despidieron del trabajo", declaró.

Desde enero de este año a la fecha no he bebido, nuevamente toqué fondo y regresé a la rehabilitación, me fallé a mi mismo, dejé de venir a las terapias porque creí que me podía controlar solo, dejar de tomar cuando yo quisiera y no es así", admitió.

Actualmente desempleado, pero con la esperanza de que a base de la atención que le brinda Alcohólicos Anónimos, Francisco junto con su novia, confía en que esta recaída al vicio lo ha fortalecido para continuar con su tratamiento de "sólo por hoy no beberé".

"Espero pronto conseguir trabajo, ya no estoy solo, tengo una novia que me apoya y tenemos muchos planes, mi consejo para los jóvenes que se sientan incomprendidos es que el adquirir un vicio no es la solución, esto sólo te ocasiona problemas muchos más graves por resolver, la bebida y la drogadicción nunca será una solución", comentó