Página de Inicio E-Mail
Contenido sindicado

Buscador:
 
 
 
Usuario: Password:
Recordar Contraseña|Registrarse >>

CÓMO HABLAR DE ALCOHOL Y VOLANTE

Publicado por daniel 21/02/2009 01:32 / 0 Comentarios Ver nota completaEnviar nota a un Amigo

Creí ser feliz bebiendo

Hola, soy un alcohólico y empecé a beber a la edad de quince años porque me parecía que algo me faltaba. ¿ Seria rebeldía en el ser humano o malestar por la forma en que me criaron? Quería ser libre de una vez por todas y en el licor encontré la respuesta. Me sentía bien tomando unas copas y decide hacerlo cuantas veces se me antojara, para olvidar los malos ratos, aunque fuera por momentos.

 

Creía haber encontrado un modo agradable de vivir, sin darle mayor importancia a lo que  me rodeaba. Me reunía con mis amigos de parranda. Estaba en lo mejor de la vida sin que se me ocurriera pensar que algo podía cambiar mas adelante. Me parecía que tener problemas con la bebida era de gente débil de carácter, para los inútiles e impotentes que no sabían dominar el licor.

 

Mis amigos y yo eramos los dueños del día y de la noche y de cuanta cosa hubiera. Así tenia que ser siempre. Jamás íbamos a tener dificultades por tomarnos unos cuantos tragos. Jamás nos iba ha ir mal. Nosotros sabíamos lo que hacíamos. Paso el tiempo y siguieron las fiestas, los bailes, las parrandas con los amigos inseparables y siempre alegres que iban a estar con migo toda la vida.

 

Pero algo comenzó a suceder. Las cosas nos salían mal y se lo achacábamos a la mala suerte. Si la familia y los otros nos miraban mal era por que eran unos tontos que no nos comprendían, eran unos ingratos y desagradecidos que ya no confiaban en mi, que había sido tan bueno y leal en todo aspecto se convirtieron en mis enemigos. No me di cuenta que el alcohol se estaba cobrando con altos intereses el placer que nos había dado. Me convertí en su esclavo y vivía obsesionado con la bebida, no tenia fuerza de voluntad, estaba hundido en la desesperación, en la soledad en el odio. Los amigos inseparables me habían dejado solo. Después de veintiún años de alcoholismo encontré la respuesta a mis preguntas en AA. Hoy día tengo una responsabilidad de transmitir lo que recibí en el programa, pasándoles el mensaje a los alcohólicos que sufren en las cárceles, hospitales, en las calles  porque en AA fue donde comenzó mi vida.

 

Los mejores años de mi existencia

Muy joven inicie mi carrera alcohólica, con periodos de abstinencia mas o menos largos, debido a mis estudios. Creo desde que bebía las primeras copas mi comportamiento cambio rápidamente. Era tímido, y me volví osado Era parco al  hablar, pero con unas copas hablaba hasta por los codos. Era introvertido, pero con unas copas era él mas abierto del grupo. Siempre con algo de agresividad, por lo cual ya muy joven tuve  problemas por pelear y varias veces me llevaron a la  estación de policía donde estuve unas horas entre rejas.

 

Continué estudiando, siendo uno de los primeros de la clase. Fui a la universidad, me gradué de medico general. Inicie posteriormente un año de servicio social, gane mas dinero y bebí más. Luego me especialice en ginecología y obstetricia por varios años terminando con éxito mi carrera, culminación de muchos años de estudios, esfuerzo, sacrificio de mi familia y ayuda incalculable de mi querida esposa.

 

Cuando tenia todas las condiciones para ser una persona feliz (Profesión, familia, tres hijos sanos y bellos, esposa abnegada, prestigio profesional) creo que gane fácilmente, pero a un alto costo, mi titulo de alcohólico. Si quiero ser honesto confieso que me había graduado años atrás de bebedor problemático, pues ya estando casado, con hijos pequeños, por mis borracheras tuve accidentes automovilísticos, atropello de personas, suspensiones de licencia de conducir, juicios, multas, lagrimas, muchas lagrimas, de mi madre y mi esposa. Y sobre todo un un daño moral, mental y emocional a mis seres más queridos.

 

Luego de estar en la cumbre de mi vida profesional, pues contaba con mucha estima de mis colegas y aprecio y confianza de mis pacientes, el alcohol empezó a cobrar su precio, empezó a hacerme irresponsable: ausencias del trabajo; dejar pacientes sin atender cuando tenia que realizar una cirugía o un parto. Conforme me entregaba mas a a bebida, mas me alejaba de mis quehaceres y responsabilidades, a tal punto de perder el trabajo, y casi perder la familia.

 

Juramentos promesas asistencia a grupos religiosos, psiquiatras, consejeros, nada me resulto, puesto que no fui honrado conmigo mismo. El alcoholismo era para otros perdidos, no para mí, hasta que sentí la soledad de Dios y del mundo. Me aislé, bebí solo, hasta caer inconsciente No podía parar de beber. Termine finalmente en el Hospital Nacional Psiquiátrico en la unidad de terapia intensiva, atado de pies y manos, rodeado de otros de otros enfermos mentales. Hasta allí tuve que llegar por mi orgullo y mi falta de honradez. Toque mi fondo.

 

En esta ultima reclusión tuve una experiencia del amor de Dios cuando este padre bueno me hizo recordar un hecho quizá muy simple pero muy significativo. Esa noche no pude estar en la juramentación de promesas de Boy Scout de uno de mis hijos mayores, ¡ y con que ilusión me había insistido que fuera! Llore de rodillas en ese hospital de enfermos mentales. Llore como un niño. Se me vinieron a la memoria muchos recuerdos de mi vida en la actividad alcohólica y me sentí derrotado. Una paz invadió mi ser. Esa noche dormí profundamente. Dos días después de salir de ese centro llegue a AA por segunda vez (anteriormente había estado nueve meses) Recupere a mi familia, gozo de la confianza de mucha gente y soy ejemplo para mis hijos. Como medico, y alcohólico, doy testimonio de la eficacia de AA, para la recuperación del enfermo alcohólico que desea dejar de beber y que quiere vivir una nueva y hermosa vida lejos de la primera copa. Hoy disfruto de mi profesión de traer vidas al mundo, una profesión sublime que yo no sabia apreciar como dadiva de Dios. Con el alcohol en mi cuerpo y mi mente, atenté hasta con mi propia vida y la vida de otros. Cuando tenía dos años de recuperación, Dios y el programa de AA me dieron la oportunidad de atender el parto de mi esposa, en la llegada de nuestro cuarto hijo, uno de los regalos más grandes que el Poder Superior me ha obsequiado. En la actualidad disfruto de mi condición de medico alcohólico para atender y tratar a tanto borrachito que sufre con esta terrible enfermedad. 

 

Mi vida fue un problema:

Hola, soy un alcohólico y recuerdo que desde muy temprana edad era un muchacho muy tímido y no podía relacionarme con ninguna persona a causa de mi timidez, no podía hablarle a las muchachas por temor al rechazo en las fiestas, me aislaba y no las disfrutaba, siempre con el temor de que alguien me buscara pleito, me sentía muy inferior a los demás.

 

Hasta que tuve mi primer contacto con el alcohol; yo decía que nunca iba ha beber sin pensarlo, estaba iniciando una carera alcohólica de mas de 20 años.

 

El señor alcohol sutil y amigablemente me convirtió en lo que siempre había soñado, de una persona tímida, pasé a ser el mas alegre de todos, me sentía muy valiente y era el primero en responder con golpes e insultos en cualquier pelea, siendo el centro de atención en todas las reuniones  (eso es lo que yo creía)

 

Al principio, todo parecía bien bebía esporádicamente y así me fui hundiendo mas y más en las garras del Alcohol. Nunca pude imaginar hasta donde me estaba arrastrando, siempre decía que podía parar cuando quisiera.

 

Cuando conocí a la mujer que hoy es mi esposa, le prometí que todo iba a cambiar, la forma en que yo bebía no era problema y que me era muy fácil controlarla. Con mentiras y engaños acepto casarse conmigo aun en contra de su familia, (en verdad yo tenía ese propósito de dejar de beber).

 

Pero esas promesas prontas quedaron en el pasado, mis borracheras eran más frecuentes a tal punto que no me importaba beber todos los días, los problemas  por mi manera de beber eran evidentes. Empecé a descuidar a la familia, perdí trabajos, tuve problemas de salud que me hicieron acudir a un hospital, donde me diagnosticaron "intoxicación alcohólica ". Debido a mis riñas callejeras me llevaron a la cárcel. Buscaba por muchos medios dejar de beber pero se me hizo muy difícil a tal punto de perder todo lo que mas amaba: Mi familia.  Me sentía con ganas de morir, mi vida ya no tiene sentido ya lo perdí todo yo pensaba era mi fin.

 

Pero un día alguien me hablo de A. A. y es allí donde mi vida a recobrado sentido, donde he vuelto a nacer prácticamente donde hoy en día se que no necesito una botella para ser feliz.

 

FUENTE:
 Jovenes Brooklynaa/Testimonios

http://www.jovenesbrooklynaa.org/testimonios.htm

 


Publicado por Fisac 9:06 AM / 0 Comentarios Ver nota completaEnviar nota a un Amigo
Comentarios:
Comparte con nosotros tus inquietudes Email

 
 




Siguenos a través de:

Calendario de
Artículos Publicados




 
 
Av. Ejército Nacional No. 579, 6º Piso, Col. Granada, Delegación Miguel Hidalgo, C.P. 11520, México, D. F.
Teléfonos: 5545-6388, 5545-7027, 5545-7216 y 5545-9981

Aviso Legal   |   Legal Disclaimer
 
  Derechos reservados © 2006 Fundación de Investigaciones Sociales, A.C.