MEXICO

Yo ya superé la etapa del alcoholismo en mi juventud, sin embargo sigo conviviendo con familiares que siguen tomando y angustiándonos a todos los que los queremos.

 Estos familiares son mi hermano y mi suegro. Ambos son tomadores ocasionales, sin embargo han llegado a involucrar a terceros con su forma de beber  y eso es lo que nos molesta.

 Antes de continuar ventaneando a mi familia quiero mencionarles mi experiencia.

Cuando tenía 13 años fui a una fiesta de fin de año abusé de las bebidas con alcohol. Al día siguiente tuve una especie de congestión alcohólica que provocó que vomitara todo el día y no pudiera beber ni comer nada.

No aprendí y a los 16 años me puse borracho en una fiesta con mis amigos de la Prepa de Monterrey. Se nos acabó la botella y decidimos ir por otra a la tienda que estaba algo retirada de la casa donde estábamos. Dos de mis amigos empezaron a vomitar en una esquina y yo les decía que se apuraran porque peligrábamos en la calle. Pues pareció que predije el futuro, ya que pasó una patrulla y nos llevó a la penitenciaría, ahí nos ofrecieron droga, nos buscaron pleito, hasta nos propusieron tener sexo. Como éramos menores de edad nos mandaron a la correccional de menores. Ahí nos desnudamos para que nos revisaran que no tuviéramos droga o armas. Yo les pedía hacer una llamada telefónica pero me lo impidieron argumentando que era domingo y que no se me iba permitir hablar hasta el lunes. Ya para esto eran las 6 de la mañana y tuve que comer a fuerzas un corn flakes que prepararon en una olla gigante con leche nido y agua de la llave. Y digo a fuerzas porque cuando le dije al policía que no quería desayunar me insultó con maldiciones y me dijo que si no me los comía me iba a ir mal. Para no hacerles más largas, fue la peor noche que he pasado. ¡Gracias a Dios!, los padres de mi amigo y mi Madre fueron a recogernos como a las 2 de la tarde.  Desde entonces, soy abstemio. Y si tomo es una sola cerveza cada 4 meses.

Yo ya aprendí la lección, pero me sorprende como hay personas que aun cuando les pase lo mismo que a mi, o cosas peores como accidentes, dormir en las calles, ser rechazados por la familia, etcétera, no comprenden y siguen tomando.

Mi esposa me platica el caso de su padre y me he dado cuenta de que es muy difícil para el alcohólico dejar la bebida, sin embargo les voy a platicar las estrategias que mi esposa ha realizado para tratar de hacer reflexionar a su padre.

Hace varios años ella empezó a beber todos los fines de semana para poder saber por qué su padre lo hacía, y darle así una escarmiento. ¿qué pasó?, nada, no sirvió de nada. Incluso hace poco le recordó a su padre que hace unos años hizo eso y que por su culpa, 4 fines de semana se volvió una tomadora. Su padre, en lugar de dejar la bebida se entristeció mucho y empeoró las cosas volviendo a tomar.

Otra estrategia que utilizó mi esposa por varios años fue el de gritarle y exigirle que dejara de tomar, sin embargo, el tomaba cuando no estaba en la casa y no servían de nada los enojos de mi esposa.

También lo llevaron a fuerzas a Alcohólicos Anónimos y dijo que volvería a ir pero desde entonces pone pretextos para no ir de nuevo.

Otra forma como ha tratado mi esposa de cambiar a su padre es dándole amor. Esto lo hace porque ya trató de todo, y ha descubierto que "por las malas ni los zapatos entran".  Ahora, por las buenas, está tratando de hacerlo reflexionar de que no sólo se está afectando él sino a toda la familia. Que todos estamos preocupados de que un día vaya a sufrir un accidente por tomar en exceso.

Yo en lo personal puedo dar los siguientes consejos:

1) Si quiero ayudar a una persona alcohólica debo de empezar a ilustrarme YO sobre esta enfermedad, debo de empezar a ir a Alcohólicos Anónimos y empezar a leer literatura al respecto. Y digo lo anterior porque el alcoholismo es una enfermedad y como tal se debe de tratar, primero sabiendo ¿qué es? Y después ¿cómo se debe de atacar?. Mientras más sepamos, más sabrá el afectado por medio nuestro. Debemos de recordar que el alcohólico casi nunca tendrá la iniciativa de cambiar por cuenta propia, así que los familiares debemos de empezar por ellos.

2) Dar amor y aceptarlo tal como es, pero con un límite. Lo anterior lo voy a ejemplificar con la relación que tengo con mi padre.

De los 16 a los 18 años yo traté de cambiar a mi padre. En esos dos años yo le pedí que no fuera tan estricto, que por su salud comiera cosas nutritivas, que hiciera deporte, entre otras cosas. Ese periodo de dos años fueron los dos peores años de nuestra relación, ya que yo no lo aceptaba tal y como era y el a su vez me regañaba más. Desde los 18 años hasta la fecha no le he vuelto a reclamar nada de su personalidad y le he tratado de demostrar amor incondicional. ¿Qué ha pasado desde entonces?, Como ya no le he reclamado nada, él solo ha decidido cambiar. Ahora ya se alimenta de mejor manera, ya está corriendo por las mañanas, ha tratado de no ser tan exigente conmigo y nuestra relación se ha tornado mucho más placentera.

Cuando sugiero dar amor incondicional pongo una simple limitante: el respeto. Por ejemplo: Cuando yo lo acepto tal como es, lo único que espero de su parte es respeto. Si en alguna ocasión el se aprovecha del amor que le doy, yo le hago saber que me molesta su comportamiento y le dejo de hablar hasta que ambos demostramos que podemos mantener el respeto mutuo.

Aplicando lo anterior a una persona alcohólica, yo sugiero que empiecen a tratar de comprender el por qué toma. Analicen su infancia y su vida. Dénse cuenta de que si toma es por una razón. Encuentren ese por qué y sabrán por donde empezar. Si es falta de autoestima lo que sufre el alcohólico, empiecen a leer libros sobre el tema y traten de levantarlos de su depresión. Háganles saber que la vida es bella simplemente porque tienen vida y salud. No dejen que el alcoholismo se convierta en una enfermedad terminal como un cáncer o una cirrosis.

3) Recurrir a grupos de autoayuda. Y no sólo me refiero a Alcohólicos Anónimos, sino a Neuróticos Anónimos, Grupos de Meditación y Superación Personal, etc. Me preguntarán ¿Para que sirven estos Grupos?. Antes que nada, hacen reflexionar al alcohólico que no son los únicos con ese problema. Se dan cuenta de que hay otras personas que han superado esa enfermedad, aun y cuando tuvieron angustias y situaciones mucho más difíciles que las suyas.  Toman conciencia de que existen métodos, técnicas y experiencias que puede aplicar en su vida.

En caso de que se pongan renuentes a ir por miedo al que dirán, encuentren un grupo alejado de su casa y asegúrenles total discreción a fin de que sientan la confianza de abrirse al grupo poco a poco.

Mi esposa y yo fuimos hace poco a una reunión de neuróticos anónimos y tuvimos la oportunidad de recibir el bello regalo de escuchar a 6 personas cuyas experiencias nos llegaron hasta lo mas profundo de nuestros sentimientos. Nos dimos cuenta de que muchas personas han vivido cosas similares a nosotros y han superado los problemas con éxito.

Si no se tiene la confianza en las primeras sesiones, no es obligatorio participar hablando en un grupo de autoayuda, con escuchar puede ser suficiente para poder reflexionar y empezar a cambiar. Con el tiempo vamos adquiriendo la fortaleza de abrirnos al grupo y empezar a sacar toda esa basura emocional que nos ha hecho daño por tanto tiempo. Es necesario hablarlo, es necesario sacarlo para empezar a hacerlo consciente y empezar a sanar.

No es difícil si se tienen fe en si mismos. Si sienten que ya no tienen más fuerzas, recurran a la fuente de amor infinita: Dios. Él les dará suficiente poder para superar cualquier adversidad.

Recuerden.... "Lo difícil no es cambiar, lo difícil es creer que es MUY SENCILLO CAMBIAR"

Yo ya cambié, ya no tomo más, mi mujer dejó el cigarro de un día a otro, ¿tu qué estas esperando?

Autor: Lic. Ernesto Guerra