MÉXICO

Los adolescentes son quienes tienen mayor riesgo de caer en el alcoholismo, debido sobre todo a las características de la personalidad propias de esta edad, tales como tener dificultad para ser sociable y relacionarse con los demás; porque generalmente se vueleven alcohólicos los de personalidad tímida o inhibida; otro factor es la necesidad de ser aceptado en un grupo y de desarrollar seguridad.

También son más vulnerables a sufrir las consecuencias de la ingesta de alcohol, porque suelen consumirlo de manera excesiva, ascendente y con mayor frecuencia. Esto ocasiona que frecuentemente alcancen un estado de embriaguez y pérdida de la conciencia.

Señaló lo anterior el doctor Eduardo Ávila Ledezma, director de la Unidad Médica de Atención Ambulatoria (UMAA) del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el estado, quien precisó que una mayor cantidad de alcohol se consume entre los 17 y los 30 años de edad.

Por lo general, cuando llegan a la edad madura, alrededor de los 35 ó 40 años, comienzan a disminuir el consumo de bebidas alcohólicas, porque ya están más conscientes del daño que les ocasiona y saben medir la cantidad de alcohol que pueden tomar sin perder el control.

Explicó que los adolescentes alcoholizados suelen presentar mayores conductas de riesgo. Por ejemplo, si conducen un vehículo lo hacen a velocidades altas y sin respetar señalizaciones, por lo que ocasionan accidentes de tránsito y atropellamientos.

Asimismo, se les hace fácil tener relaciones sexuales sin protección (uso de condón), por lo que se arriesgan a embarazos no deseados o a adquirir enfermedades de transmisión por esta vía, como el VIH/ SIDA. Son más propensos a la violencia y a los enfrentamientos en riñas. También son más vulnerables a caer en el consumo de otras drogas.

Otro factor de riesgo para que los adolescentes desarrollen alcoholismo es el ambiente donde se desenvuelven. Si se consumen bebidas alcohólicas de manera frecuente e inmoderada, si los familiares los incitan a que se emborrachen por primera vez en edades tempranas, y además este hecho es motivo de celebración; si aprenden que en este estado son simpáticos, "chistosos", valientes, atrevidos y atractivos.

Dijo que se ha identificado también que existe un factor genético asociado al consumo de bebidas alcohólicas, por lo que hay mayor tendencia a que desarrollen este hábito.

Iniciarse en el consumo de alcohol no hace a nadie ni más inteligente, ni más fuerte, ni más valiente, ni más hombre, ni más mujer, añadió el doctor Ávila Ledezma. Por eso, lo ideal es evitar la primera copa, y si se toma, que sea ocasional y de manera controlada para que no se "pierda" la línea entre una buena calidad de vida y vivir dependiente del alcohol, puntualizó.