Soy Mario y Soy Adicto......Desde pequeño siempre tuve mucho respeto hacia mi padre aunque él fue un alcohólico. En el periodo de mi niñez, siempre recuerdo que mi padre llegaba borracho, agrediendo a quien fuera posible pero aun así yo siempre quise ser como él, porque lo admiraba tal como fueran sus comportamientos.

A mis 16 años yo no sabía ni siquiera lo que era el sabor de la cerveza, pero en esos días de mi adolescencia muere mi padre, cuando me avisaron sentí que el mundo de aquél Mario se destruyó; seguí bien después del velorio y algunos años después con mi comportamiento estable, aún no bebía pero mi carácter ya era demasiado explosivo por ya no tener ese apoyo paternal, hasta que observé que la gente ya no se preocupaba por nada y opté por tomarme la primer cubita; me sentí tranquilo, en ese momento olvidé mi dolor evadiendo con otra cuba más sin saber que apenas era el comienzo de mi tormento en la vida tanto moral como espiritual.

La enfermedad del alcoholismo es mortal......

A los siguientes días noté que no pasaba nada malo y que ya a mis 19 años podía controlarme, pero conforme pasaron de 4 a 6 meses ya era un alcohólico de alto grado sin poder controlar mis emociones mucho menos mis actitudes, cada día era peor. Quise evadir que era un alcohólico llevándome a una muchacha a vivir conmigo, a mis 20 años poniendo de pretexto que con un hijo todo sería diferente, al contrario, empeoré más en mi enfermedad alcohólica, y así proseguí; ahora tengo tres hijos que nunca los valoré, mucho menos a mi ex esposa. Un día decidí marcharme a la calle todo por continuar alcoholizándome dejando esa familia destrozada y sin saber para donde era mi dirección.

Me fui lo más lejos que me fue posible de mi pueblo, sin dar razón ni siquiera a mi madre de mi paradero, así duré 5 años, había veces  que  me quedaba dormido a un lado de un basurero o donde me fuera posible pero siempre borracho hasta que en las mañanas alguien me despertaba.

Toqué fondo......Un día regresé a buscar a mis hijos al pueblo pero llegué todo sucio y alcoholizado, mi ex esposa me tuvo lástima al verme peor que un limosnero, me ofreció de comer pero mi estómago no consentía la comida, eran 5 años tomando a diario de lunes a domingo. Ese día mi ex esposa me dijo que no podía estar ahí, que la había perdido, que la dejara hacer su vida aparte pues tenía otra relación, no me quedó  otra más que aceptar. Me fui de ahí a tratar de beber mas para soportar el dolor de saber que había perdido a mi esposa por borracho pero no pude evadir con el alcohol mi pena y ese mismo día mi hermano me habló de Un Paso Hacia la Recuperación.

Mi ingreso a un paso hacia la recuperación......

Cuando llegué a la clínica yo desconocía por completo el programa, al transcurso del tiempo me fui dando cuenta de que era un programa que no sólo me estaba liberando de mi alcoholismo sino que también empezaba a organizar mi vida. Recibí tratamiento médico muy efectivo, así como también psicológico y progresivo, a pesar de que yo era un tanto tímido, claro por mis raíces sociales que eran muy limitadas para integrarme por completo, pero no fue obstáculo para mi ni para el personal clínico.

Por medio de las terapias empecé a controlar mis impulsos agresivos, también me fueron motivando por medio de actividades para mantenerme con mi mente ocupada y despejada, me hicieron comprender que en realidad la vida apenas yo la comenzaba a vivir como una persona normal y social, sin alcohol. A los pocos días logré integrarme por completo al programa gracias a la ayuda de todo el personal  por su apoyo moral, social y espiritual.

La Segunda Etapa del Tratamiento ..... ¡La Práctica!

Durante el tiempo mi consejero optó por dar paso a seguir mi tratamiento en la segunda etapa que es medio camino, después de haberme realizado ciertas tareas y observaciones. Al llegar a medio camino o a la casa de medio camino me di cuenta el porqué debería de continuar y terminar el programa.

Ya tenía las herramientas obtenidas en la clínica pero ahora tenía que empezar a usarlas en el mundo real, a puerta abierta y además mi nuevo consejero esperaba buenos resultados de mí; pero él siendo la guía empezó a mostrarme cómo comportarme para lograrlo.

Por un momento me sentí preparado  para irme y seguir yo solo pero tan solo era la enfermedad que me atacaba todavía, "No", me decía mi consejero "todavía no", y decidí quedarme a terminar. Había llegado el momento donde tenía que controlar mis emociones y ser responsable por mi propia cuenta, en realidad necesitaba del equipo clínico de casa de medio camino para poderme adaptar a una sociedad que no es nada fácil después de haber dejado de beber o de consumir drogas, en momentos me sentí desesperado y ansioso por irme pero ¿que iba a ser de mi vida al retirarme por no seguir esforzándome en mi recuperación? Me preguntaba. A pesar de que la casa es cómoda y con todos los servicios y comodidades mi enfermedad me decía lo contrario, atacándome negativamente en mi forma de pensar y en cómo debe ser mi recuperación.

Gracias al programa de casa de medio camino aprendí  que la vida es muy valiosa sabiéndola enfrentar como es debido y no como yo quería vivirla, a mi manera sin responsabilidad. Ahora que ya terminé mi programa de recuperación me encuentro muy tranquilo enfrentando la vida, pero con la práctica de todo lo que se me enseñó en la institución de Un Paso Hacia la Recuperación, me siento agradecido de haber encontrado la paz tanto emocional como espiritual.
Por medio de este testimonio quisiera que las personas comprendieran porque es tan importante siempre llegar a la meta, algunos con más lentitud, otro más rápido, pero nunca quedarse a la mitad del programa para lograr y obtener los beneficios.