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Publicado por daniel 02/07/2010 20:33 / 0 Comentarios Ver nota completaEnviar nota a un Amigo

Testimonio de una mujer alcohólica

Somos una Asociación de personas afectadas de "algo" llamado alcoholismo. Somos alcohólicos rehabilitados o en lucha por conseguirlo, por nuestro bien y el de nuestra familia, algo muy importante para nosotros.

 

El alcoholismo es una enfermedad que produce trastornos físicos y emocionales, que distorsiona nuestra personalidad. Por eso, quiero subrayar que el alcoholismo es una enfermedad aunque los síntomas más evidentes pueden hacer pensar otra cosa cuando estamos en activo, o lo que es lo mismo, bebiendo; nos gustaría que quedase clara esta idea: somos enfermos pero en rehabilitación.

Enfermos que gracias a la ayuda de nuestras familias, de nuestros amigos y al grupo que formamos en albada hemos salido adelante y luchamos día a día por mantenernos en abstinencia.

El alcoholismo es una enfermedad que nos afecta en nuestra salud y merma nuestra calidad de vida. También afecta, y mucho, principalmente a nuestro entorno más cercano y querido: nuestra familia.

Luchamos por no recaer, que no es fácil, sobre todo al principio, pero el tiempo en abstinencia juega a nuestro favor, y se puede, nosotros somos un claro ejemplo de ello.

Ninguno de nosotros hemos nacido alcohólicos, aunque parece que pueda haber una predisposición genética, pero son muchos los comienzos por los que podemos llegar a padecer esta enfermedad. Sentimientos como: miedo, tristeza, el sentirnos infravalorados, inseguros, la rutina, el estrés; Casi sin darnos cuenta, poco a poco, te vas adentrando en una caverna oscura y cuando estás dentro es muy complicado salir.

Solos es muy difícil que podamos superar nuestro problema. Nos encerramos en una espiral auto destructiva, no nos creemos enfermos, y es muy importante que la familia comprenda que todo lo que decimos o hacemos que tanto les hiere, la vergüenza y los muchos problemas que ocasionamos son fruto de la enfermedad, que no lo hacemos por "fastidiar", como a veces pueda parecerles; que no pasamos de todo y de todos.

Dependiendo de si es hombre o mujer, esta enfermedad tiene repercusiones distintas tanto a nivel físico como social. Físicamente es evidente, puesto que el hombre tiene una mayor resistencia frente al alcohol. No ocurre lo mismo con la mujer, aunque es cierto, que el daño que produce el alcohol en el organismo varía en función de la persona. A todos afecta aunque de modo diferente.

Todavía hoy perviven determinadas actitudes que están peor vistas en la mujer que en el hombre. El alcoholismo en este aspecto no es diferente. Para una mujer, es más difícil salir adelante y conseguir la rehabilitación, puesto que tanto a nivel familiar como en el grupo de amigos "está muy mal visto" lo que les pasa.

Parece ser que la familia, rechaza más abiertamente a la mujer alcohólica, no ocurre lo mismo cuando es el hombre el que sufre la misma enfermedad.

 

El hombre puede pasar por el "borrachín gracioso del barrio" o el "chistoso y divertido del grupo de amigos", pero la mujer pasa directamente a ser "una persona viciosa y degenerada", y esta es una de las causas que lleva a la mujer a encerrarse más en sí misma, a negar con mayor vehemencia su problema, a sufrir una depresión, que la hace vivir siempre angustiada, asustada y beber a escondidas para "reconfortarse", buscando la evasión al percibir el rechazo, al sentir vergüenza por los comentarios siempre hirientes de los demás.

 

La mujer alcohólica no suele tener el apoyo de su pareja y la relación acaba en ruptura, mientras que con el hombre no ocurre lo mismo. A ellos se les tolera y su compañera es mucho más paciente aguantando y esperando su rehabilitación durante años. Es triste pero así es la realidad.

 

Ya son cinco años los que llevo en abstinencia, cinco años sin alcohol, en este tiempo he conocido a mucha gente con el mimo problema que yo y todos tan parecidos como diferentes.

 

Somos un grupo de personas con diferentes niveles de formación, diferentes estatus social y con muy distintas trayectorias vitales. Con esto quiero decir que cualquiera puede padecer esta enfermedad. La línea que separa el enfermo del sano es muy difusa. No está clara, ni nosotros mismos sabemos realmente cuando la traspasamos. Nos dimos cuenta cuando ya estábamos enfermos.

 

Incluso cuando ya llevamos mucho tiempo en abstinencia, cuando nos encontramos firmes ante la enfermedad, sufrimos la desconfianza de nuestra familia, sienten miedo hacia una posible recaída. Son muchas las circunstancias por las que les hemos hecho pasar y les cuesta volver a confiar en nosotros; nos hacemos cargo y lo entendemos, por eso los enfermos debemos luchar día a día por ganar esa confianza.

 

Pero también la familia y los amigos deben esforzarse y ser más generosos en otorgarla, intentar vencer los temores y confiar más en nosotros, ya que nos damos cuenta de ciertas actitudes y eso nos hace mucho daño.

 

Me gustaría volver a insistir y dejar clara la idea de que: El alcoholismo es una enfermedad, y el alcohólico es una persona enferma.

 

Quiero lanzar un mensaje de esperanza tanto al enfermo que la padece como a sus familiares: Con ayuda puede superarse, adelante, yo lo he conseguido.

Emilia Estremera Sánchez

Miembro de la Asociación de Alcohólicos Rehabilitados ALBADA

 

FUENTE:
 Fara

http://www.fara-aragon.org/testimonio.pdf

 


Publicado por Fisac 9:06 AM / 0 Comentarios Ver nota completaEnviar nota a un Amigo
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