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Publicado por daniel 04/06/2010 20:55 / 0 Comentarios Ver nota completaEnviar nota a un Amigo

TESTIMONIO

Soy mujer de un enfermo y en primer lugar, quisiera dar las gracias a ASAYAR, porque si no hubiese sido por ellos y por la presión que yo le di, a estas horas estaría igual o peor.

 

Yo le insistía muchas veces, pero ni caso. Lo único que me sabía decir era que tampoco bebía tanto, que yo estaba obsesionada y que a lo mejor estaba así por mi culpa. Había veces que me hacía pensar si pudiera estar en lo cierto; te llega a confundir, pero yo sabía que no, pero claro, él tenía que echar la culpa a alguien y, ¿a quién?, pues a la persona que más cerca tenía, a mí.

 

Yo me he pasado noches sin dormir, llorando y pensando en quitarme de enmedio. Me repetía una y mil veces que yo no merecía esta vida, que si lo que me esperaba era eso, no quería seguir sufriendo. Constantemente discutiendo, con amenazas y no sé por qué le dio por la bebida. Lo único que sé es que a mi me ha hecho mucho daño, me ha dejado un poco marcada respecto a un tema que no puedo contar porque no quiero que sepa que lo he escrito; no por nada, simplemente porque no quiero recordarlo. Lo he pasado muy mal y al día de hoy lo tengo casi superado, pero no olvido, es muy duro y yo lo he pasado peor que él, pero bueno, espero tener una segunda oportunidad que creo que nos lo merecemos los dos.

 

Yo temía los fines de semana, porque era cuando más bebía, entre otras cosas. Temía ir a ver a su familia porque sabía lo que había, pero claro, me decía que era

una egoísta, rencorosa, etc... Empezaba con el aperitivo, un par de cervezas; comía con vino y de postre el whisky. Comiendo, había veces que se bebía la botella y así, sucesivamente. Entre semana bebía pero no tanto, pero cuando llegaba el fin de semana y como tenía más tiempo: a beber. Yo le regañaba y él encima me decía que a lo mejor la enferma era yo, en vez de él y así empezaban las broncas. Yo ya estaba desesperada, no tenía ilusión por nada, claro, me las estaba quitando él poco a poco. Yo sólo le repetía que lo único que deseaba y quería era ser feliz pero estaba pagando un precio muy alto.

 

Y en un par de ocasiones me he intentado quitar del camino, sé que suena un poco duro y lo es. En esos momentos lo pensaba y se asustaba y me decía que no lo volvería hacer, que él me quería y yo le decía, pues me lo estás demostrando muy mal; claro en esos momentos tonta que era, me lo creía, pero estaba destrozada, hundida, no tenía a quien contárselo, a mi familia no se lo quería decir por no hacerles sufrir, pero claro, no eran tontas y se imaginaban que había algo, yo les decía que no, que estaba todo bien. Mis padres y mis hermanos se habían dado cuenta de que bebía demasiado, le recriminaban pero a él le daba igual. Yo intentaba quitarle hierro al asunto para que no se dieran cuenta del daño que se estaba haciendo a sí mismo y lo que es más importante, a todos los que estábamos a su alrededor.

 

Le decía el daño que me estaba haciendo y él encima se reía en mi cara, más daño todavía. Y ¿por qué me siento tan mal? porque él así te lo hace sentir, que no vales nada en esta vida. Le repetía una y mil veces que maldita la hora en que se cruzó en mi camino y me casé con él, que a lo mejor, casi seguro, hubiese sido más feliz si no le hubiese conocido, pero a él le hacía mucha gracia y me decía "pues, mañana, subimos y nos separamos, arreglamos los papeles y ya está". Yo le decía que si realmente era eso lo que quería que se lo pensase bien, pero claro, sabía que yo no lo iba a hacer, se aprovechaba en cierto modo de la situación.

 

Me ha hecho sufrir muchísimo y tener que ocultar, fingir que no pasa nada en numerosas ocasiones, había días que no me hubiese levantado de la cama para ir a trabajar, tan sólo lo hice una vez porque no podía ir, después de tirarme toda la noche sin dormir y llorando, a ver cómo me levantaba y con los ojos hinchados y con unas ojeras que daba miedo, me iba a trabajar.

 

Los compañeros de trabajo te preguntan ¿qué te pasa? Y tú con unas ganas locas de poder contarlo para poder desahogarte dices que "nada, que he pasado mala noche, no he podido dormir", mentira, pero no podía contarlo y me lo tragaba, no tenía ni ganas ni fuerzas para trabajar, lo único que quería era irme a mi casa y meterme en la cama y ser posible no despertar más; así numerosas ocasiones, hasta que llegó el día en que ya no pude más y exploté, se lo conté a mis amigas y compañeras más allegadas que trabajan conmigo.

 

Se quedaron de piedra cuando se enteraron, pero gracias a ellas, me pude desahogar y contarlo, he contado con su apoyo en todo momento y cuando las necesitaba, fuese la hora que fuese, estaban ahí para ayudarme y consolarme. Él, me supongo que se imaginará que lo saben, pero no me comenta nada. Si algún día me lo pregunta le diré que sí, que me tenía que apoyar en alguien para no hundirme más de lo que ya estaba. No daban crédito a lo que estaban oyendo se ofrecieron para hablar con él con el fin de que se diese cuenta de lo que estaba haciendo con su vida y con la mía, pero yo les dije que no, porque a lo mejor empeorarían las cosas.

 

Su familia no decía nada. Para ellos era casi normal porque en su familia son de beber y no precisamente agua, entonces no podía desahogarme con ellos, ya que no creo que lo hubieran entendido. Me dirían, como ya me lo dijeron, que era normal el tener discusiones, que no era para tanto y yo me decía para mis adentros: pues nada, a lo mejor es que me gusta sufrir, soy masoquista y por eso, no les conté nada.

 

Bueno, llevamos 6 meses en rehabilitación y me he quedado perpleja de lo que conlleva el alcohol, lo que cambia una persona cuando deja de beber, mi vida a dado un giro de 180 grados. He pasado de no tener ganas de vivir, ni de nada, a tener ilusiones y ganas de seguir viviendo y luchando. Si me lo cuentan no sé si me lo hubiera creído y ahora doy fe de lo que cambia la vida.

 

Cuesta, pero merece la pena, conoces a la gente que está en tu misma situación e incluso peor, que te hace pensar ¿y si hubiese seguido bebiendo?, a mí, a lo mejor, me hubiese pasado como a esos compañeros de terapia que se están convirtiendo en grandes amigas y amigos.

 

Me está viniendo muy bien asistir a las terapias. Te ayudan muchísimo, son un gran pilar en el que puedes apoyarte. Sin ellos, ahora mismo, a lo mejor no estaría escribiendo esto. Yo quiero dar las gracias a todas las personas que día a día hacen que los enfermos dejen de ser eso, enfermos y se puedan rehabilitar.

 

Gracias por los sacrificios, su tiempo y el tiempo que sacrifican y no poder estar con su familia para seguir ayudando a la gente. Gracias por devolverme a mi marido y sobre todo las ganas de vivir que ya había perdido y ánimo a la gente que lo lea para que se dejen ayudar, que merece la pena, que la vida también se puede disfrutar sin alcohol y es más, se disfruta mejor.

 

Gracias ASAYAR y a seguir así, devolviendo la felicidad a la gente como nosotros.

 

FUENTE:
Asociación para la Docencia e Investigación en Salud Mental de Eivissa y Formentera

http://www.adisamef.com/fondo%20documental/libros_digitales

 

 

 

 


Publicado por Fisac 9:06 AM / 0 Comentarios Ver nota completaEnviar nota a un Amigo
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