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Publicado por daniel 22/01/2010 23:06 / 0 Comentarios Ver nota completaEnviar nota a un Amigo

Cuando el corazón puede más que una adicción

CHILE

Para algunos, la vida es una fiesta interminable. Empieza cuando se bebe el primer sorbo de una copa de vino, se extiende con la primera botella, continúa con tres o cuatro piscolas y termina cuando ya no hay dinero. Sin alcohol, acaba la diversión, los "amigos" se van y ese estado de euforia se desvanece.

 

Queda un vacío en el alma, los bolsillos sin un peso, un malestar general y la inconsciencia, el no saber qué se hizo la jornada anterior, cuánto gastó y con la necesidad imperiosa de continuar con ese ritmo de vida.

 

Algo así le ocurrió a G.G., un antofagastino que a los 23 años -hoy bordea los 50- comenzó con una vida de "carrete" los viernes y sábado, que se extendió a los restantes días de la semana con el transcurso de los años.

 

"Sabía que era alcohólico, pero el problema es que es difícil reconocerlo. Cuesta mucho asumirlo, hasta que un día me di cuenta que lo era", comenta.

 

Además de otros problemas, el consumo de alcohol lo llevó a separarse de su esposa. "Me sentía menospreciado por ella, pero al tiempo tuve la suerte de conocer a quien hoy es mi pareja y comencé a salir con ella".

 

Un buen día, "algo" le hizo un clic y le dijo a su polola: "¿Sabes qué? No voy a tomar más". Por ello pidió ayuda y llegó al Hospital Regional, a la unidad que se encarga de las adicciones en el Servicio de Siquiatría, con toda la voluntad de dejar el trago y casi con desesperación solicitando una mano.

 

"Ellos me dijeron que estuviera tranquilo, que me iban a ayudar y así no más fue. Recibí tanta comprensión de parte de ellos, no sólo para mí, sino para todos quienes participan de ese programa".

 

Tras ser entrevistado por un equipo multidisciplinario, comenzó el tratamiento. "Me fui mejorando e increíblemente, de un principio no me dieron ganas de tomar. No sé qué pasó conmigo. No tenía la necesidad de beber. Iba a una fiesta y sólo consumía bebidas o café", recuerda.

 

Su mayor logro: cinco años sin consumir una gota del alcohol y ni siquiera una recaída. "Creo que fue el compromiso que asumí con mi pareja, con mi familia y con el equipo médico tratante".

 

Las cosas cambiaron radicalmente. "Siempre me habían dicho que empezara a quererme y con todos los talleres que se realizan en el hospital, comencé a quererme, a saber quién era realmente G.G., a darme cuenta lo que valía".

 

Hoy termina esa etapa, como un hombre nuevo, que sabe que podrá hacer una vida normal, pero que extrañará el cariño, la dedicación y preocupación de quienes lo ayudaron a superar su enfermedad.

 

"Ojalá que mucha gente se pudiera dar cuenta del problema que enfrenta. Sabemos que hay muchos dramas familiares y de todo tipo, pero por ejemplo, hoy puedo decir que soy un tipo feliz, con mis rabietas, pero que no necesita del alcohol".

 

Programa

Es es el testimonio real de un alcohólico rehabilitado, de un hombre que le ganó a su peor pesadilla y que hoy ayuda a que otros puedan superar su adicción.

 

La enfermera Rosa Alvarez, quien integra el grupo que trabaja en adicciones del Siquiatría del Hospital Regional y que contribuyó de manera decisiva a la rehabilitación de G.G., explica que el programa partió en Antofagasta en 1995.

 

Hay un equipo compuesto además por la sicóloga Siulen Loo, la asistente social Rosa López y el siquiatra Pedro Medina, quienes velan -desde distintas disciplinas- para que se pueda recuperar a quienes llegan derivados de los consultorios, la unidad de urgencias o los juzgados.

 

"Lo que buscamos principalmente es lograr la abstinencia de los pacientes y que tengan estilos de vida saludable. No sólo dejan el alcohol o las drogas, sino que adquieren habilidades sociales, de comunicación, asertividad, y cómo utilizar su tiempo libre".

 

Existe un trabajo enfocado a la familia, para que se convierta en un aliado en el proceso. "Un paciente recuperado es una familia que también se recupera".

 

Cifras

Sorprende el alto número de pacientes que participan del programa. Son 285 que se encuentran en control, es decir, activos. De ellos (todos mayores de 18 años), un 60 por ciento está por alcohol, 20 por ciento por drogas como la pasta base o la marihuana, un 10 por ciento es poliadicto y el resto corresponde a consumo perjudicial con trastornos de la personalidad.

 

El equipo que se encarga de este trabajo está altamente calificado y cuenta con varios años de experiencia. "Aquí enfocamos el tema desde un punto de vista multiprofesional, con énfasis en las sesiones grupales".

 

El porcentaje de pacientes hospitalizados es mínimo y el uso de medicamentos para superar las adicciones se reduce, porque lo que se busca es que ellos mismos, con un trabajo sostenido, salgan del foso.

 

Así, silenciosamente, decenas de nortinos luchan por superar su enfermedad, de rehabilitarse y también de procurar que este bienestar llegue a sus familias. Pero el camino no es sencillo. Tomar la copa es demasiado fácil. Dejarla, eso es lo que cuesta.

 

FUENTE:
Conace/Noticias

http://www.conace.gov.cl/inicio/noticias2.php?id=306&noticias=1&sec=1

 

 


Publicado por Fisac 9:06 AM / 0 Comentarios Ver nota completaEnviar nota a un Amigo
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