Todos sabemos del perjuicio que representa la conducción de vehículos con efectos de alcohol. Enumeremos los principales efectos:

- Se calculan muy mal las distancias y las velocidades. Nuestro cerebro interpreta mal la realidad de estas magnitudes.

- Se produce el efecto túnel, es decir: sólo vemos los detalles del centro y dejamos de apreciar los de los lados. Se entenderá la peligrosidad de esta considerable reducción del campo de visión.

- Nuestros ojos tardan más tiempo en recuperarse de un deslumbramiento de luces (en la noche).

- Baja nuestro nivel de concentración y atención en la conducción.

- Aparece la euforia, lo que nos hace cometer grandes imprudencias. Falsa sensación de que estamos conduciendo a la perfección. (Soy superior, y soy el amo de la pista)

- Las ordenes del cerebro se transmiten y manejan más despacio: por ello nuestros movimientos son más lentos, torpes, e imprecisos. Por consiguiente ante un problema, nuestro tiempo de reacción aumenta de forma peligrosa.

- Dependiendo del organismo de la persona, los efectos pueden incluso hacerse más peligrosos.

*** Si bebes no conduzcas... la conducción no es una broma, además de un placer, también es un ejercicio de responsabilidad.