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Publicado por daniel 28/08/2009 19:54 / 0 Comentarios Ver nota completaEnviar nota a un Amigo

Testimonio

PERU

En andenes 9 de cada 10 pacientes nuestros tienen una recuperación total.

En andenes tenemos un 85% de pacientes rehabilitados.

En 4 semanas con el método andenes se tiene una recuperación total.

Aquí presentamos el testimonio de Eduardo quien gracias al tratamiento en Andenes pudo superar el problema de adicción de manera rápida y efectiva.

 

Testimonio de Eduardo

"Soy el ejemplo perfecto para aseverar que el alcoholismo es una enfermedad progresiva. Mi carrera alcohólica empezó a los 16 años. Aparte de sentir placer al tomarme unos tragos me di cuenta que el efecto que me producía el alcohol era muy grato al sentirme menos tímido y con más valor para todo.

 

Fui un buen estudiante tanto en el colegio como en la universidad terminando mi carrera de Ingeniería a los 21 años. Me casé y tengo 3 hijos. Trabajé en una compañía en la que llegué tener a mi cargo alrededor de 600 personas, siendo una persona de éxito profesional y de buena situación económica.

 

Sin embargo, a partir de los 35 años deje de ser un bebedor social para convertirme, sin darme cuenta, en una persona que todo lo hacia pensando en función del alcohol, llegando a consumirlo prácticamente todos los días al llegar a la casa después del trabajo.

 

Posteriormente cuando estuve trabajando en un negocio familiar y después en uno propio ya mi consumo empezaba con el jugo de la mañana y terminaba con el traguito de las buenas noches habiendo consumido durante la jornada entre 1 a 2 botellas de pisco, ron o whisky. Al llegar a ese extremo se convirtió mi vida en un sufrimiento ya que no podía dejar de consumir así lo quisiera viéndome atrapado en las garras del alcohol.

 

Mi esposa, a la que había vuelto codependiente, al ser el alcoholismo como un huracán que arrasa a todos los que viven junto al alcohólico, venía asistiendo a su grupo de Al-anon (grupo de codependientes) me insistía a que fuera a una reunión de alcohólicos anónimos.

 

Asistí y me gustó. Fui unas cuantas veces pero después mi padre enfermó y dejé de ir; no había tocado fondo. Al poco tiempo el falleció y comencé a beber. Fueron 45 días de espanto, parecía que me quería autodestruir hasta que un día estando con mi hermano le dije: "Estoy harto de esto, quiero cambiar" hicimos las coordinaciones con el director médico del centro de tratamiento Andenes y esa misma noche inicié mi programa de recuperación.

 

Para mí esos 28 días fueron como un curso intensivo de especialización para LA VIDA. Hoy tengo paz y serenidad. He recuperado el cariño de mis seres queridos. Me he incorporado nuevamente a la especie humana. Creo que soy una mejor persona practicando los principios que me enseñaron en Andenes y no dejo de asistir a mis reuniones de consejeria grupal y a los grupos de apoyo."

* La persona que hizo este testimonio prefiere mantener su nombre completo en reserva.

 

Testimonio de Anita

"Tengo 57 años y esta semana cumplo un año de sobriedad (febrero del 2006). Empecé a tomar alcohol a los 15, en mi familia todos toman alcohol y algunos son bebedores fuertes, pero ninguno tanto como yo.

 

Hace 10 años la situación era ya bastante mala, me puse totalmente intolerable y me internaron en una clínica para mi desintoxicación. Pasé 45 días internada, me trataba con un psiquiatra experto en alcoholismo. No funcionó. Fue en ese momento que me di cuenta de que mis hijos estaban sufriendo por lo que decidimos hacer terapia de grupo. Creo que en algo les sirvió, los vi desahogarse. En realidad a mi no me llegaba su dolor, ahora me doy cuenta que nada me importaba, sólo quería seguir tomando. Era extraño, porque me daba cuenta del daño que hacía a mi alrededor, pero al mismo tiempo no tomaba la resolución de parar, quería pero no podía.

 

Iba a reuniones de Alcohólicos Anónimos, y leía la literatura, pero no entendía nada, así que yo seguía con mi vida. Me vio uno de los mejores psiquiatras al que tengo mucho que agradecerle. Él tenía mucha paciencia conmigo y me entendía mejor que los otros. Me detectó depresión y me alivió de ésta. Luego tuve una recaída bien mala con el alcohol y terminé interna en otra clínica. Habían esquizofrénicos, que gritaban a cualquier hora, pero he de reconocer que con enfermeras con mucha calidad humana. Mi doctor me dijo que solamente saldría de ahí si me iba a Andenes, que él pensaba que ese era el tratamiento que me haría bien.

 

Vino el director médico a verme nuevamente, y yo aceptaba cualquier cosa con tal de salir de la clínica. En realidad yo ya no creía mucho en ninguna solución a mi problema. Ni siquiera mi marido creía en mi recuperación, y esta vez ya estaba harto de cargar con el lastre que era yo en ese momento.

 

Ingresé en Febrero del 2005, justo hace un año. Empecé con los cursos, los pasos, las reuniones con el Dr. Felipe Koechlin, nos explicaban como era esta enfermedad. Enfermedad, nunca ninguno en mi familia vio mi alcoholismo como tal, lo veíamos sólo como un vicio vergonzoso. Estuve 2 meses, menos tiempo en mi caso hubiera sido imposible.

 

Y hasta ahora no puedo creer cómo esos meses cambiaron mi vida por completo. Cuando acabaron los 2 meses había por supuesto una total desconfianza de cómo seguiría después. Seguí muy bien, fuerte, recuperando la persona que era antes. Mis hermanos y cuñados me "redescubrieron", según ellos, pero ellos todavía están un poco al susto si estoy triste o demasiado alegre. Pero, lo más importante para mí, mi marido e hijos, que finalmente son los que más sufrieron, sí se dan cuenta de mi cambio y están contentos y confiados en esta nueva persona que soy yo.

 

En Andenes me enseñaron, además de un programa de vida, que tenía amigos a quien acudir, herramientas, y que debía de recurrir a ellos cuando estuviese en problemas. Eso me dio y me da mucha seguridad. Voy a mi grupo periódicamente, he estado fallando últimamente, por trabajo, pero no dejo de leer y sobretodo hacer mis reflexiones diarias, rezando y agradeciendo varias veces al día por todo lo que en este último año Dios me ha dado. Estaré eternamente agradecida con todos los que me ayudaron en este proceso, sólo un alcohólico sabe cómo se sufre estando en ese estado y/o recayendo. Sé que sólo por estas 24 horas, pero veo el futuro con confianza. La he pasado tan mal, que tendría que ser demasiado bruta para perder todo lo logrado, además de que la felicidad interior que llevo conmigo no la cambio por nada."

* La persona que hizo este testimonio prefiere mantener su nombre en reserva.

 

Testimonio de Edwin

"Tengo 57 años y esta semana cumplo un año de sobriedad (febrero del 2006). Empecé a tomar alcohol a los 15, en mi familia todos toman alcohol y algunos son bebedores fuertes, pero ninguno tanto como yo.

 

Después de terminar mis estudios e ingresar a trabajar en una empresa de la familia ya había aprendido a nadar en alcohol.

 

Fue cuando me casé y luego de tener mi primera hija, comencé a tomar licor en cantidades industriales. El desayuno tenía que ir con alcohol; el almuerzo, también; el lonche, igual; la cena, de la misma manera. Hasta llegaba a mi casa en la noche y me tomaba un whisky solo. Mi situación se hizo más oscura cuando combinaba el licor con el blanco polvo de la cocaína.

 

El 23 de septiembre último se inició una nueva primavera en su vida. Ese día empezó mi tratamiento con un método que el doctor Felipe Koechlin por primera vez estaba aplicando en el Perú mediante su centro Andenes: el modelo Minnesota que sólo dura de 28 días seguidos de terapia.

 

Allí tomé la decisión de iniciar el tratamiento. Los primeros cinco días me internaron en una clínica sólo para desintoxicarme. Luego, mediante una serie de sesiones con un grupo de terapeutas, logré aceptar que tenía una enfermedad: el alcoholismo. Pero otro punto importante es que conocí por qué sufría de esa enfermedad para no volver a caer en la adicción, además que mi esposa y mis hijos participaron activamente en mi recuperación.

 

Ahora sé que volver a besar un vaso con licor me podría causar una recaída. Confieso que los amigos con los que antes tomaba ya no me buscan quizá porque ya no les pongo el trago. Pero ahora me doy cuenta que tengo una mejor vida y más cariño de mi esposa e hijos.

* La persona que hizo este testimonio prefiere mantener su nombre completo en reserva.

 

El centro de tratamiento Andenes es el más eficaz y confiable hoy en día en el Perú; así lo confirman las estadísticas y testimonios que nos resguardan. Pero si aún tiene inquietudes o preguntas, no dude en comunicarse son nosotros.

 

Haz click aquí para comunicarnos tus dudas e inquietudes ya sea enviándonos un mensaje en línea, llamándonos por teléfono o acercándose a nuestras instalaciones. En cualquiera de las opciones que elija para comunicarse, usted recibirá una atención inmediata, confidencial y profesional de nosotros.

 

FUENTE:
Andenes/Resultados

http://www.andenes.org/resultados.htm

 


Publicado por Fisac 9:06 AM / 0 Comentarios Ver nota completaEnviar nota a un Amigo
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