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Publicado por daniel 03/07/2009 18:53 / 0 Comentarios Ver nota completaEnviar nota a un Amigo

Testimonio de Martín

ESPAÑA

Espero ser lo más claro posible y no liarme mucho, pero si queréis publicar mi experiencia, podéis hacer arreglos o cambios de frases o palabras para que en vuestra tierra me entiendan la mayoría de los miembros de AA.

 

En la actualidad me faltan pocos meses para cumplir 50 años de edad.

 

Pienso que empecé a tener problemas con el alcohol desde muy joven, a partir de los 22 ó 23 años más o menos.

 

Conocí los grupos de AA gracias a mi esposa, que viendo cómo me iba hundiendo poco a poco, un buen día del mes de octubre del año de 1974, llamó al teléfono de la Esperanza y allí, después de unas consultas durante varios días, nos dieron la dirección de un Grupo de AA que existía en Madrid en la calle de Juan Ramón Jiménez. Parece ser que entonces solamente estaba este Grupo; por lo menos, mientras yo acudía a él, nunca me dijeron, o escuché, que existieran otros grupos, por lo que deduzco que sólo existía ese. Dio la casualidad de que ese día no era de reunión y hablé con un compañero y otra compañera que me dijeron que me animase y volviera al día siguiente; que no fuese tonto y lo hiciera, ya que los días de terapia eran los lunes, miércoles y viernes.

 

Al día siguiente, acudí a este Grupo y la verdad yo no iba pensando en cómo sería la gente que me encontraría allí, pero lo único que tenía claro era que allí había unas personas que iban a ayudarme a dejar de tomar alcohol, ya que yo lo había intentado solo varias veces y no lo conseguía.

 

Cuando me hicieron pasar al local, había varias personas, entre mujeres y hombres.

 

Recuerdo que comenzaron a contarme sus experiencias y, desde ese momento, puedo asegurar que no me costó ningún trabajo el dejar la copa, pues parece que ese día fui receptivo y que eso es lo que me haría cambiar.

 

Antes de acudir al Grupo de AA, ya había pasado por estar detenido durante veinticuatro horas en la Dirección General de Seguridad de una ciudad llamada Bilbao. Me habían expropiado el piso donde vivía con mi mujer y mis hijas, pues lo tenía hipotecado y no había pagado nunca un duro de la hipoteca. Intenté suicidarme con gas y, al ver que tardaba en surtir efecto, hice una mezcla con todos los ingredientes que encontré en la cocina, como aguarrás, lejía, añil, matacucarachas, etcétera, etcétera... y claro, como es de suponer, mi mujer y mis hijas tuvieron que dejarme y venirse a Madrid.

 

Bueno, prosigamos: durante un tiempo fui al grupo y la verdad es que cometí un gran error, no sé si por timidez o por ignorancia, pero hablaba apenas en el grupo. Estuve una temporada, luego me alejé. Durante un tiempo, todo fue bien, un camino de rosas... Sin embargo, yo seguí siendo un irresponsable y así aguanté durante una larga temporada.

 

Para diciembre del año de 1978 o durante el mes de enero de 1979, por problemas en el trabajo que no pude superar y sin tener a mi lado a personas que me comprendieran o con quienes pudiera comunicarme, un día de tantos entré al Bar donde acostumbraba ir a tomar café, y pedí una copa de coñac. Ese día no pasó nada pero, poco a poco, en un pequeño lapso de tiempo, ya estaba hecho polvo y de nuevo intenté el suicidio. Esta vez, con una bala que encontré, la puse en el volante del coche y calculé más o menos la altura del corazón, le acerqué una cerilla.

 

Lo único que conseguí fue que casi me quedo ciego, ya que parece ser que aquella bala era de salva. Así estuve bebiendo hasta el mes de abril de 1983.

 

Yo trabajaba entonces en una casa que se dedicaba a la compra y venta de coches y la verdad es que me tenían bastantes consideraciones, pues me permitían llevarme siempre un coche a casa a la hora de comer y por la noche. También los fines de semana y en las vacaciones. Mi situación, sin embargo, era apurada, ya no tenía salidas por ningún lado, por lo que inventé que a mi mujer ya una de mis hijas las había pillado un coche y, al poco tiempo, dije que mi mujer había muerto. Todos querían ir al entierro, pero no me preguntéis como logré que no lo hicieran, el caso es que me salió bien y lo conseguí. Como es de suponerse, lo más pronto posible dejé el trabajo, pero un día mi mujer habló con mis jefes y todos se enteraron del lío que había armado y ya os podéis imaginar la que me esperó en casa.

 

Por más que mi mujer me decía que hiciese el favor de dejar de tomar, yo no lo hacía. Le juraba y le perjuraba, pero al salir a la calle parecía que el Bar me atraía como un imán de hierro.

Me recetaron pastillas, inyecciones, pero la verdad era imposible dejar de beber, hasta me sentía más eufórico bebiendo y tomando pastillas al mismo tiempo.

 

Encontré finalmente trabajo en la empresa donde estoy ahora y puedo deciros que allí dije la verdad sobre mi problema. Mi mujer habló con mis jefes y todos me apoyaron bastante. Me ingresaron en el hospital, pero mientras mi mujer estaba arreglando los últimos papeles para mi ingreso, recuerdo aún donde tomé la última copa y aún la hora en que lo hice.

 

Estuve ingresado durante veintiún días y también tuve mucha suerte, ya que el doctor que me trató, es hijo de un compañero de mi trabajo y me animó bastante a volver a los Grupos de AA.

 

Así lo hice al darme de alta. Ese mismo día fui a buscar a un compañero del Grupo Sobriedad. Desde entonces, os puedo decir, que estando aún en el hospital, le dije a mi esposa que ya no volvería a tomar. Ella me ha dicho algunas veces que de la forma que lo dije ese día, ella me creyó y la verdad que desde aquel 4 de abril del año de 1983, no he vuelto a tomar alcohol.

 

Sin embargo, yo celebro mi aniversario el día 28 de abril, que fue el día que volví al Grupo.

 

Desde entonces, os puedo compartir que tengo un gran cariño a nuestra querida asociación y la verdad a nuestro Grupo Sobriedad. Aunque he tenido mucha ayuda de compañeros de otros grupos. Unos viven, otros han muerto y, por desgracia para ellos, otros están de nuevo con la copa, pero en eso, yo ya no puedo hacer nada...

 

Os puedo decir lo que siempre he dicho y seguiré diciendo: aparte de la ayuda de mis compañeros, me ha ayudado el hacer un servicio y, gracias a ello, estoy saliendo adelante. Tengo un impulso muy malo, pero no lo hago con mala intención y estoy tratando de corregirlo. Cuando pienso que un compañero está mal, se lo digo. y la verdad es que muchos se han molestado conmigo, otros no, pero siempre lo hago con buena fe, me recuerda que yo pasé por lo mismo y lo pasé muy mal.

 

Está visto que nadie escarmienta en cabeza ajena, pero si no se lo decimos y se va, a la mejor nos sentimos culpables, ya que podemos decir:

 

"Si se lo hubiera dicho, a la mejor no se va". El caso es que a veces me

hago un lío.

 

En resumen, os puedo decir que, a pesar de todo, mi experiencia es muy positiva, ya que desde que yo estoy en AA, mi mujer en los Grupos Al-Anón y mis hijos en Al-Ateen, la llevo bastante mejor. En mi trabajo he ascendido varias veces, ahora gracias a un dinero que me tenían que dar he podido tener un piso propio; me encuentro mejor y no tengo dudas de nada, ya que puedo hacer una sana comparación: cuando bebía, perdí un piso, coche, familia, casi muero, estaba solo, era despreciado, se reían de mí, me gastaba todo lo poco que tenía en alcohol y no me importaba en ese momento que mi mujer y mis hijos pasasen hambre.

 

Ahora, estoy en AA, tengo a mi familia, trabajo, casa, un trasto de coche, pero coche al fi n; el respeto de mis compañeros de trabajo, de mis jefes, mucho cariño, verdaderos amigos y compañeros, así que creo que sobran comentarios, pero si alguno no lo tiene todavía muy claro, le diré esto: "merece la pena estar en AA, ya que aparte de lo que te vas a beneficiar, beneficiarás a otras personas ayudándolas y, a la vez, te ayudas tú. Mirarlas, te recordará como fuiste, cómo llegaste a un grupo y el cambio es como de la noche al día. Y si además, podéis hacer un servicio, hazlo, no te detengas. No te arrepentirás, te lo dice uno que ha

pasado y está pasando por ello".

 

Nota (Tomado de la revista Dimensión, México: Conferencia de Servicios Generales. Volumen I, núm. 2, septiembre-octubre 1991.)

 

FUENTE:
  Infoadicciones/Archivos

http://infoadicciones.net/Pdf/0143-12.pdf

 

 


Publicado por Fisac 9:06 AM / 0 Comentarios Ver nota completaEnviar nota a un Amigo
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