ARGENTINA

Ha pasado el verano, y con él las vacaciones de muchos de nosotros; y junto a esto, el registro de las tragedias de "otros" en las rutas mientras viajaban. O los desmanes de los alocados veraniegos que, bajo el signo de la diversión y el exceso de bebidas con alcohol, protagonizaron numerosos atentados contra la integridad de los "otros sociales".

Así es como pensamos en compartir una reflexión que tiene que ver con los vínculos, con la comunicación y con la calidad que le damos a nuestras vidas, individual y socialmente. Y nos preguntamos ¿que es lo que resulta de nuestras conductas interactuando en la sociedad, tanto cercana, como nuestra familia o como en la que nos contiene colectivamente?

Entendemos lo difícil que resulta vencer la inercia del individualismo, de ocuparse sólo de uno mismo y sus propias cosas.

Y lo difícil que es salirse de "uno" para abrirse a un ser comunitario, con compromiso y protagonismo social. Tal vez este sentimiento generalizado de desapego a las leyes y las normas que regulan nuestras relaciones de convivencia se asientan profundamente en esta constante invitación al "no te metas, total nada va a cambiar".

Pero claro, sólo hasta que uno se transforma, por el azar, en protagonista de las historias que creíamos que sólo les pasaban a los demás, y viéndolas por TV. Si algo queremos compartir justamente es la convicción de que la realidad tiene que cambiar.

Que tenemos la posibilidad de forzar las situaciones para lograr tener una vida cotidiana de mayor protección y respeto.

En nuestra consideración hay tres ejes que son básicos a tener en cuenta y desarrollar:

Educación vial para niños y adolescentes en las escuelas y como materia curricular. Sabemos que en educación, en los términos generales, el rol principal lo tiene la familia, aunque consideramos que la escuela ayuda en formalizar los contenidos y reforzar aquello que la familia transmite.

En este tema, y por las características de los jóvenes; su rebeldía, su necesidad de construir una identidad diferenciándose de sus padres, el lugar que les asignan a los amigos, y las propias dificultades de los adultos en cuestionar sus propias conductas transgresoras; por lo tanto el Estado instrumentando políticas mediante la educación cumple una función fundamental.

Controles efectivos en las calles y rutas para conductores de autos, camiones, bicicletas, motocicletas y transporte público. Este es otro de los puntos débiles en el que se incurre en forma bastante habitual en nuestro país. Se tienen buenas ideas, se llevan a cabo buenos proyectos y... nadie controla su ejecución y desarrollo.

Sin controles es imposible vencer la impunidad de aquellos que frente al volante creen saberlo todo, tenerlo todo bajo control.

A esto nos referimos al decir que no todos los adultos están preparados para educar jóvenes. Muchos necesitan reflexionar y a veces la fuerza de lo que se impone permite frenar y observar. Detenerse a pensar nuestras conductas y sus consecuencias.

Para esto se requiere de un presupuesto suficiente como para contratar personal idóneo en calles y rutas que nos protejan y cuiden nuestras vidas en forma sistemática y sostenida.

Sanciones severas para quienes infrinjan las leyes. Damos por descontado el conocimiento que los conductores tienen sobre legislación, ya que si han obtenido un carné habilitante para conducir vehículos han pasado un examen que solicita dichos conocimientos.

Desde esta perspectiva decimos que las transgresiones son verdaderas faltas de respeto al prójimo. Violar la norma que se conoce como protectora y ordenadora del bien público es inadmisible.

Para conocer más sobre "Conducción sin alcohol"

Las tres etapas del Alcohol

Son progresivas y afectan a la modificación de la conducta de quién ingirió alcohol, se compara con el comportamiento de los animales:

El Mono (equivale a ingerir 3 copas de vino)

Se pierde inhibición, la persona se vuelve un sujeto simpático y gracioso. Desenfadado y distraído. Hace reír a los demás, cuanto más toma más gracioso se vuelve.

Persona peligrosa mientras conduce.

El León (equivale a ingerir 4 copas de vino)

Pierde responsabilidad y buen juicio. Aparece la agresividad y temeridad. Puede llegar a la violencia física. Persona muy peligrosa en la conducción.

El Cerdo (equivale a 5 copas)

Pierde control de sí mismo y la conciencia de sus actos. Aparece la grosería y la torpeza. Es improbable que pueda conducir pero es la única etapa en que usualmente reconocemos como ebrios.

La Ley 12424, establece que al conductor ebrio (mas de 0,5 gr. de alcohol en sangre que es la cantidad máxima que se permite para conducir y equivale a dos copas de vino) se lo penará con 15 a 30 días de cárcel, según la gravedad de la falta con multa por pagar, retención de vehículo y de carné de conducir.

Por lo expuesto queda claramente explícito de que hablamos cuando decimos

Conducción Responsable, en este sentido es que proponemos que la Seguridad Vial sea prioridad para los actores responsables y comprometidos con el desarrollo de la sociedad. Sabemos que en nuestro país mueren más de 20 personas por día en siniestros viales. El 80% de éstos son jóvenes de entre 15 y 25 años y la mayoría de ellos han muerto por conducción alcoholizada o por exceso de velocidad, en este orden. Cuidemos a nuestros hijos, acompañemos sus aprendizajes sobre los riesgos, del cuidado y el valor de la vida propia y de otros. Y cuidémonos nosotros, los adultos pues es necesario decirlo: también nos sucede a nosotros!

Si vas a beber alcohol, no conduzcas, si vas a conducir no bebas. "El alcohol al volante, mata", y se puede evitar.