ESPAÑA

Cerca de 600 jóvenes aprenden los peligros de esta combinación antes de conseguir el carné de conducir

El mejor momento para aprender los riegos de conducir bajo los efectos del alcohol es cuando se aprenden las reglas de circulación que se utilizarán toda la vida. Eso es al menos lo que piensa el programa Drive Clean que desde hace dos años se imparte en Palma dentro de un proyecto subvencionado por la Comisión Europea que trata de aportar en las autoescuelas recursos para reforzar la prevención sobre este tipo de conductas. Un programa que es pionero en toda España, ya que de las once ciudades de los diez países que participan en esta primera experiencia, Palma ha sido la única de todo el Estado que se ha adscrito a esta iniciativa.

El programa ´Condueix nét´, que coordina el equipo municipal de prevención de alcoholismo y otras drogodependencias (EPAD), finalizó el pasado septiembre su segundo año de andadura en los que este proyecto piloto ha impartido 43 sesiones de sensibilización repartidas entre las seis autoescuelas participantes en el programa. Unas precursoras a las que el área de Bienestar Social quiso agradecer ayer su implicación con la entrega de un diploma.

Los alumnos que han recibido formación específica durante su proceso de obtención del carné de conducir son un total de 572 personas que como conductores noveles ya relacionan con el volante y el embrague los peligros de conducir bajo los efectos del alcohol, o cualquier otra sustancia estupefaciente.

"La formación entre iguales es la gran fortaleza que tiene este programa", explicaba su coordinadora,?Nicole Blai, quien comentó que las sesiones son dirigidas por nueve jóvenes, estudiantes de primero de psicología de la?UIB, que se habían sacado recientemente el carnet. Estos jóvenes, tras ser formados por el propio EPAD, se transformaban en unos mediadores que superan el tradicional sermón que se recibe desde la superioridad moral de otras generaciones. "La transmisión informal de la vivencia y de la formación hace que sea mucho más efectivo el mensaje preventivo", manifestaba.

En este sentido, el 80% de los jóvenes participantes evaluaron que el programa había mejorado su información sobre los riesgos de conducir bajo sustancias que alteran la percepción. Incluso un 65% se mostró a favor de endurecer las penas y castigos a los conductores que caigan en esta conducta. La única nota negativa fue que todavía un 25% respondió que sí ante la posibilidad de subirse a un coche en que su conductor estuviera bebido. "Es un punto en el que tendremos que hacer más incidencia", resaltó Blai.