ESPAÑA

No sólo es peligroso el alcohol al volante. Expertos de la Universidad han alertado sobre el efecto que medicamentos de uso corriente, como los analgésicos o antihistamínicos, pueden tener sobre la conducción.

El consumo de medicamentos y la conducción puede ser una combinación explosiva, con efectos tan perjudiciales como los que provocan las sustancias psicoactivas. La voz de alarma la dio ayer el catedrático de Medicina Legal y Forense de la Universidad de Oviedo, Rafael Hinojal. Según explicó, algunas de las medicinas que influyen de forma muy negativa en la capacidad de conducción son de consumo habitual, como es el caso de los analgésicos, los antihistamínicos o los anticonceptivos hormonales.

La ingesta de medicamentos que afectan a la conducción cada vez está más extendida. Los docentes, explica Hinojal, "ya estamos avisando a los estudiantes de Medicina para que tengan cuidado". Por otra parte, el experto forense, que detalló ayer los efectos de cada sustancia en una Jornada de Criminología del Tráfico que se celebró en el Auditorio de Oviedo, critica el hecho de que, aunque el consumo de alcohol y sustancias esté perseguido, los agentes no controlen del mismo modo el de medicinas.

El catedrático de la Universidad de Oviedo se mostró convencido de que buena parte de los accidentes tienen implicados a conductores que están bajo los efectos de alguna medicina. Cómo reducir el riesgo? Hinojal recomienda, sobre todo, huir de la automedicación. Además, aconseja consultar al médico sobre la conveniencia de conducir mientras dure el tratamiento, leer los prospectos, evitar la mezcla de medicamentos, conocer la incidencia que tiene en ellos la ingesta de alcohol y tener un especial cuidado con el consumo prolongado de medicinas.

Ni una gota de alcohol El catedrático detalló también los efectos del alcohol al volante de un vehículo y apuntó que, aunque España tiene unos niveles en las tasas de alcoholemia que pueden considerarse bajos, estos son aún más bajos en otros países. Hinojal explicó que, si bien el alcohol no suele producir efectos negativos en tasas menores a 0,15 miligramos por litro de aire espirado (el máximo permitido por la ley), la probabilidad de verse implicado en un accidente mortal se multiplica por 1,20 dentro de estos límites legales de alcoholemia. Es el motivo por el que las administraciones, adelanta el experto en Medicina Legal y Forense, tienden al consumo cero.

0,15 miligramos de alcohol en aire equivaldrá a 0,5 gramos por litro de sangre. Una tasa relativamente fácil de alcanzar. Aunque el alcohol afectará de forma diferente en función de la masa corporal y del sexo, se estima que un litro de cerveza supondría 0,8; tres vermús situarían el índice de alcoholemia en 0,9 y un cuarto de litro de cava lo dispararía hasta 1,2 gramos.

Los síntomas de la Adiccion. El experto forense señaló la importancia de que los agentes que realizan los controles a conductores conozcan los principales síntomas que provocan drogas como la cocaína, las anfetaminas o los inhalantes, puesto que así tendrán una base para solicitar una extracción de sangre. Como ejemplo, indicó que el consumo de MDMA provoca frecuentemente un exceso en la sudoración y la piel de gallina.

Rafael Hinojal desgranó también los efectos que pueden hacer que un conductor que consuma droga cause un accidente. Así, la cocaína proporcionará al automovilista una sensación de falsa seguridad. Si consume anfetaminas, tendrá elevadas probabilidades de padecer ansiedad y estará inquieto. Los alucinógenos provocarán alteraciones visuales y sensoriales, mientras que fumar marihuana reducirá la percepción sensorial e incrementará la relajación del conductor.

Por su parte, el vicepresidente de la Asociación de criminólogos del Principado de Asturias, José Faustino Alvarez, explicó los actuales métodos que se practican para detectar el consumo de alcohol y drogas. Dentro de este último grupo figura el proyecto Rosita, que lleva seis años implantado en España y un año probándose en las carreteras asturianas. El sistema forma parte de una iniciativa coordinada por la Universidad de Gante y en la que participan ocho países europeos. Las investigaciones permiten facilitan la detección de drogas como el éxtasis, la cocaína y el cannabis en pocos segundos mediante un análisis de la saliva. Hasta el momento, el 10% de los automovilistas que se han sometido a este control han dado positivo, un dato que indica que, aunque se reduzca el consumo de alcohol, lograr que todos los conductores estén en condiciones óptimas para circular es aún un objetivo lejano. "Generalmente, el Estado va bastante por detrás porque cada poco salen drogas nuevas", concluye Hinojal.